Perfiles inciertos…así se expresa lo desconocido en nosotros…
Reflexión sobre el estilo ideal para este diario: no escribir nunca más de tres líneas de texto por día y fotografía, como Las novelas de tres líneas de Félix Fèneòn. He seleccionado algunas de ellas para los próximos días. No me gusta lo pesado que me pongo diariamente con lo que escribo. Algunos amigos me han dicho que soy sumamente aburrido. Me preocupa más ser pesado. No soporto a los pesados, y a los aburridos tampoco. Quizá tampoco me soporto yo, aunque no, porque lo cierto es que no puedo evitar hacerme mucho caso y tenerme en gran estima. Fèneòn no era pesado. Tampoco aburrido. Fue un gran artista; también algo anarquista en su juventud. Yo, ni una cosa ni otra. Y ni siquiera joven. Es temprano (por la mañana), miro por mi ventanal y veo el suelo blanco de frío, tanto que se me encoge el ánimo. Hoy no pienso salir mientras el frío no se largue. Más sobre el diario (se me ocurrió ayer mismo): me gustaría que cada día fuera como una canción; los textos: la letra, y la fotografía: la música. Y yo: un Mariachi; que ellos, al menos, están en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, y yo no, porque los pesados somos terriblemente tangibles. Los aburridos también.
P.S. Propuesta para un ejercicio de creación literaria al modo de Félix Fèneòn: primero, determinar quién es en esta fotografía la atracadora. Una vez localizada, construir una novela de tres líneas con ella como protagonista.