Apuntes psicoanaliticos II
«Las horas perfectas son las que paso delante de esta máquina. Pero hay que tener horas imperfectas para tener horas perfectas. Tienes que matar diez horas para hacer que otras horas vivan. De lo que tienes que tener cuidado es de no matar TODAS las horas, TODOS los años. Charles Bukowski
…Este individuo, de frente, también soy yo, de vuelta de Francia, con la Talega llena de los mismo rollos que me llevé; pero ahora expuestos en Burdeos y París. La Talega de mi abuelo Salvador, cuando volvía de arar, estaba vacía, y la llevaba en el bolsillo de la pelliza en invierno, y en la mano en verano. Cuando llegaba a su casa solitaria, pobre y oscura, emboscada entre encinas, cornicabras y enebros, en un triste cerro donde vivía con mi abuela (con uno de sus hijos y conmigo a temporadas), se sentaba tranquilo y cansado a beber un vaso de vino y comerse un trozo de pan duro con chorizo unas veces, y con bacalao salado otras. A la lumbre en invierno, y en una pequeña silla en la puerta de la casa en verano. Siempre callado. Luego, a dormir temprano, porque al día siguiente había que levantarse de madrugada. Sin embargo, su nieto, ha ido a París y Burdeos y, cuando ha vuelto a su casa con la talega llena de película sensible expuesta, se ha tumbado a descansar y a tomarse una copa despreocupadamente. Ah, y al día siguiente, no tuvo que madrugar; lo único que hizo fue seguir descansando. Sin embargo, su indolente nieto sospecha que, en comparación con su abuelo, en lo esencial, no ha progresado gran cosa…
…Sigo escribiendo sobre lo mismo: lo del diecinueve de noviembre, aunque ya es veinte y como ayer, me parece que tampoco me asistirán las musas y lo que es peor, tampoco las ganas (nada son las unas sin las otras). Son las siete y media de la mañana y al menos aquí sigo, sin rendirme, quizá el día sea mejor que ayer. Espero. Como no se me ocurre nada, estoy pensando en echar mano de mi particular diccionario de citas que por cierto, tendría que nombrar de algún modo original o artístico, como Vila Matas, querido autor, que lo llama Manual de futuro (o algo así). No sé, el nombre que debiera darle tendría que ver con un sentido de urgencia, de asistencia y apuntalamiento al tambaleante chamizo de donde extraigo las cosas que escribo. Ya se me ocurrirá algo más o menos fino y sugestivo, o poético; espero. Eso estaría bien, sin duda. Por ejemplo, para hoy, y dado lo que llevo escrito, acudo al asistente (ideas de otros) y me encuentro con ésta, muy apropiada, creo: «No tengo las ideas claras, pero tengo un sofá». Fernando Aramburu. Yo, además, tengo una cheslong de escribir, y un sillón en La Habitación de retratar, que es justamente donde estoy medio tumbado ahora…
EL DON DE LA ELOCUENCIA SILENCIOSA DE LA FOTOGRAFÍA, o la penetrante mirada artística de Manuel Elegido, IV.
…La relación fotográfica de ambos con nuestra ciudad ha sido muy distinta, o más bien su éxito y mi fracaso. Manolo ha sido paciente, atento, aunque también tal vez malicioso: la ha acechado, cortejado y finalmente seducido. Ahora está entregada; ambos se conocen y se reconocen y se funden en una relación sensual y morbosa. Quizá aún tengan secretos que no se han revelado, pero como en toda relación larga y compleja poco a poco irán descubriéndolos y gozando. No ha sido mi caso, también yo quise poseerla, penetrarla, aunque tal vez sin verdadero deseo y mucho menos con amor, por lo que me castigó a no ver. A ella nunca le he gustado, no me ha deseado ni necesitado, jamás me ha permitido acercarme a sus secretos. Lo he intentado en varias ocasiones a lo largo del tiempo. Después de cada intento fallido, de cada negativa, he recogido mis propósitos y me he retirado decepcionado. Nuestro desencuentro es irreparable. Sin embargo, Manolo sí ha conseguido penetrar en su cuerpo y en su corazón y transita por sus secretos con delicadeza y pasión. Lucido e intuitivo…
TAL VEZ NO, O MEJOR LAS PALABRAS QUE LAS IMÁGENES: La manera de hacer este diario, lo he repetido mil veces, como mínimo, es que escribo y luego busco fotografías de acompañamiento, dicho así podría pensarse (yo también) que prima el texto sobre la foto, pero no, el verdadero y más auténtico sentido de este diario es fotográfico. Lo que sucede es que desconfío de ella como soporte o lenguaje que recree mi mundo, mis percepciones e interpretaciones; y, sobre todo, mi sensación de finitud. La reproducción mecánica, lineal y ortodoxa está tan subordinada a la realidad tangible y reconocible, tan visible que apenas da una oportunidad a la expresión de lo invisible; no así las palabras que abren puertas al misterio, a la ficción, a la poesía, al subconsciente, al alma, a los sentidos…
UNO de OCTUBRE: hoy cuando me he levantado me he impuesto tarea:-dedicarás todo el día a un solo libro, y a ver qué pasa empleando ocho horas como mínimo en una sola cosa- . Eso me propuse para las ocho de la mañana (me levanto a las seis y cuarto). Bien, nada de nada, son las diez y diez, y aquí estoy, escribiendo estas notas, que no entraban en las ordenanzas del día. Empezando así no tengo ni idea en qué me iré dispersando, o más bien diluyendo, el resto del día -me digo-…