Viajar, fotografiar, amar, vivir…
Once años después, Naty, también con 24 años. En esos momentos se estaba gestando otro periodo de enamoramiento y vida en pareja (no siempre es lo mismo). Estábamos en Lisboa, probando a ver qué tal nos salía viajar en compañía (hacía un mes que nos conocíamos), y resultó muy bien: nos reímos, no discutimos por casi nada y, como la prueba de fuego del sexo también resultó estupenda, todo ha seguido hasta hoy mismo.
…Dos meses después;
apareció ELLA.
Fue la noche del doce de Mayo.
Tan sólo hace unos días hizo
DIECINUEVE AÑOS
y me apetece recordar
como fue nuestro encuentro.
Era sábado. Luís se pasó por mi casa
a las diez de la noche,
Nos fuimos a dar una vuelta,
como siempre, a intentar ligar.
Alrededor de las doce llegamos a una
discoteca clásica en la ciudad.
Había bastante gente.
Pedimos muestras copas y nos
apoyamos en un lado,
a mirar con displicencia y deseo
al mismo tiempo, como siempre.
Era la dudosa estrategia
de seducción que yo siempre
ponía en juego, de escasos resultados;
pero que daba cobertura
a mi timidez o cobardía.
En las discotecas siempre miraba,
nunca bailaba, (ahora tampoco).
Siempre me ha parecido más excitante
una mirada a una cierta distancia,
cargada de intención,
que la obviedad sudorosa
del ejercicio ensimismado del baile.
Ella si bailaba con una amiga
cerca de nosotros, nos miramos,
y creo recordar que nos sonreímos,
al fin y al cabo nos conocíamos
de vernos por nuestra pequeña ciudad,
desde hacía años…
EL LIBRO DE LA RISA.
Erótica. Una poderosa razón para vivir: tus zonas de claroscuro.
La clave no es que sea mi mujer, y tampoco que hoy cumpla un año más (la suma no la diré, aunque sé que a ella no le importa). Tampoco está en que ya sea, ocurra lo que ocurra, la mujer de mi vida; ni en que llevemos dieciséis años compartiendo nuestras vidas; no, la clave está en que su imagen, su rostro, su expresión se han ido configurando hasta llegar a ser mi ideal de belleza. Fotografiarla es una experiencia única en la que confluyen mis dos deseos más preciados e íntimos: la mujer y la fotografía. La deseada belleza de la obra y la carnalidad de la mujer deseada; ambos confundidos e inconfundibles.
…Obviamente tuve que olvidarme del desastre con la película Rollei y solo pensar en el material con el que contaba: película Ilford, Kodak y Rollei infrarroja (no creo que vuelva a utilizar la condenada marca, al menos en los formatos dañados). A pesar del acopio de inmensas cantidades de presencia de ánimo y sobre todo del consuelo con el que siempre me regala Naty en caso de tropiezos, llevo varias noches que a las dos o las tres de la madrugada me despierto sobresaltado por la visión de las imágenes perdidas y apenas puedo dormir el resto de la noche. Probablemente es que soy algo memo, bueno, lo soy, seguro. Ahora que la menciono a ella, y a propósito del viaje, hemos pasado diez días magníficos, de la mañana a la noche, con nuestro deambular por carreteras, ciudades, pueblos, ruinas, castillos, búsquedas fallidas de localizaciones imposibles (hasta equivocarnos de pueblo porque había más de cinco con el mismo nombre y desviarnos doscientos kilómetros) y todo tipo de avatares. Viajar juntos, callejear hasta la extenuación, buscar y buscar lo fotográfico, reírnos de nuestras torpezas y felicitarnos de nuestros aciertos, bromear, comer, dormir, todo, absolutamente todo está bien con ella. Genial. Sin Naty no viajaría a ninguna parte porque estaría desanimado y amedrantado, además de confuso (bueno, de esa sensación no me libro fácilmente). Y deprimido, seguro. Ella me da la vida…
DIGRESIÓN SEIS. No Country for Old Men (No es país para viejos) EE.UU. (2007). Guion: Ethan Coen y Joel Coen (Novela: Cormac McCarthy). Dirección: Joel y Ethan Coen. Intérpretes: Josh Brolin, Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Kelly MacDonald, Woody Harrelson, Stephen Root, Garret Dillahunt, Tess Harper.
Una pena que Cormac McCarthy lleve tantos años sin publicar: la última obra, La carretera, 2006. Desde entonces, nada. De vez en cuando, echo un vistazo en Internet por si acaso hubiera buenas noticias, pero no; hago lo mismo con Kjell Askildsen, que tampoco, quizá porque ambos son bastante mayores. Me temo que, a ambos autores, furiosos e intensos, les ha dejado de interesar publicar. Lo entiendo. Yo, en su caso, haría lo mismo: quien quiera experiencias literarias intensas que se las escriba él mismo. En cuanto a esta película (multipremiada en su momento, con varios Oscar, incluso), es una muy buena adaptación de la excelente novela homónima de McCarthy. Es densa e intensa en cuanto a ritmo narrativo, intriga, tensión y tratamiento de la escalofriante violencia que contiene (no me acuerdo bien de la novela, sólo recuerdo que me gustó mucho). Escenario (paisajes sureños, desérticos, espléndidamente fotografiados), acción, diálogos (siempre brillantes), hacen honor a las intenciones literarias del autor de la novela. Seca, implacable y tensa, de principio a fin, consigue transmitir que ya no se puede ir más lejos en la puesta en escena de una violencia perturbadora, pero sí, cada instante vuela y vuela más y más alto. Lástima que en los minutos finales padezca de un desfallecimiento que no recuerdo si está en la novela o es atribuible a los Coen (no me he molestado en mirarlo). Fascinante de principio a fin, una de las mejores películas de los prodigiosos hermanos. Todos los actores soberbios. Noche gozosa de cine en casa.
La fotografía: Hoy no he colocado una fotografía obtenida de la película, aunque hice varias. He preferido colocar una de Naty realizada en Tesuque (nos acercamos después de visitar Taos), donde vive Cormac McCarthy (entonces no lo sabíamos). Una curiosidad más de la fotografía es que está realizada en el mismo año en que fue estrenada la película (la novela es de 2005). Se me antoja que esta fotografía, por su textura tonal y vivencial, es un estupendo homenaje al mundo de Cormac.