"Las pasiones hacen vivir al hombre, la prudencia solo le permite durar". Nicolas de Chamfort

© 2006 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2006
Localizacion
Nueva York (EE.UU.)
Soporte de imagen
-35 MM. Kodak. High-Speed Infrared 100
Soporte de copias
ILFORD MULTIGRADO BARITADO
Viraje
SELENIO
Tamaño
18 x 28,5 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Copias disponibles
2
Año de copiado
2011
Fecha de diario
2006-10-29
Referencia
1964

HOMBRE QUE ENVEJECE SOLO EN CONEY ISLAND. Qué tristeza ver la decadencia de los cuerpos, las carnes flojas que se descuelgan y se llenan de manchas incomprensibles, de abultamientos infames, de bolsas macilentas donde los cuerpos guardan los años aburridos y sin sentido. Qué tristeza presentir la enfermedad y el dolor. Qué tristeza ver como se aleja la belleza y los deseos. Qué tristeza la torpeza de las piernas y de las miradas. Qué tristeza sentir como la cabeza se aturde y olvida. Qué tristeza los pasos cortos y la mirada acuosa. Qué tristeza los sexos inertes. Y todavía hay que aguantar el insulto al sentido de lo cierto cuando alguien dice: -el tiempo da igual, lo importante es cómo uno se sienta-  y te lo arrojan a la cara como si hablaran desde la sensatez y la sabiduría. Cómo me impacientan esas frases cuando las oigo.

© 2006 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2006
Localizacion
Chicago (EE.UU.)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD HP5 400
Fecha de diario
2021-05-30
Referencia
2137

EL MAPA DE LOS DÍAS

56. Sábado (29 de Mayo de 2021)
Hoy no tengo nada que decir o escribir. No es lo mismo una cosa que otra. En algún momento trataré el tema de la escritura en el Diccionario del Tonto, pero otro día. Hoy no.
El decir, es más circunstancial e inmediato, por lo tanto, menos elaborado, más impreciso y torpe. Abrupto y, en la mayoría de los casos, prescindible, me parece. También lo trataré otro día. Hoy no.
Una de las razones por las que cada día me apetece menos hablar y más escribir, aunque no tenga de qué, es que así no tengo que soportar el “careto” y presencia de nadie.
Los otros y yo ya no tenemos nada pendiente que tratar, resolver y mucho menos empezar (a partir de los cuarenta ya no se hacen amigos). Ya no hay nada que iniciar: ni ellos conmigo ni yo con ellos.
Eso es lo que nos pasa a todos los viejos: unos nos damos cuenta y nos hacemos misántropos (espero que lúcidos) y otros juegan a la petanca o a cualquier otra tontería.
La Fotografía: Sigo en Chicago, en el Parque Millennium, presidido por una maravillosa fuente-escultura: Crown Fountain, del artista multidisciplinar catalán Jaume Plensa. Obras así contribuyen al gozo de las gentes y ese debería ser el primordial sentido y objetivo del arte. Menos concepto y más diversión.

© 2009 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2009
Localizacion
Londres, (Inglaterra)
Soporte de imagen
-35 MM. Kodak. High-Speed Infrared 3200
Copiado máximo en soporte baritado
3
Fecha de diario
2017-04-28
Referencia
3866

CASI TODOS LOS LIBROS (últimos)…Gratitud, de Oliver Sacks… «En febrero de 2015, Oliver Sacks recibió la noticia de que el melanoma que le habían diagnosticado en el ojo diez años antes había hecho metástasis y ahora le afectaba al hígado. Se trataba de un tipo de cáncer con muy pocas opciones de tratamiento, y los médicos le pronosticaron que no le quedaban más de seis meses de vida. A los pocos días escribió el ensayo «De mi propia vida», en el que expresaba su inmenso sentimiento de gratitud por haber tenido una existencia plena tanto en el plano vital como en el intelectual. Poco más de un año antes, había completado su apasionante autobiografía En movimiento. Los cuatro ensayos que forman este volumen componen una suerte de coda a ese libro, una visión panorámica de la vida desde el punto de vista de alguien que encara la muerte con aceptación pero sin renunciar a su deseo de «morir al pie del cañón». En el primero de ellos, «Mercurio», nos habla de las «delicias de la vejez», de ese punto en el que uno es consciente de la fugacidad de la vida, de la belleza, y con ochenta años es capaz de tener una visión de conjunto del fragmento de historia que le ha correspondido. En «De mi propia vida», con una lucidez y una serenidad envidiables, hace balance de una existencia que muchas veces ha sido difícil pero que ha tenido numerosas recompensas: la mayor de ellas, el privilegio y la aventura de vivir. En «Mi tabla periódica», Sacks evoca su afición a las ciencias físicas y a los elementos de la tabla periódica, que ha ido coleccionando a lo largo de los años y que simbolizan la energía que todavía le sustenta. Y en «Sabbat», por último, recoge su complicada relación con la religión de sus padres, el judaísmo, hasta que se reconcilia con la «paz del Sabbat, de ese mundo detenido, de ese tiempo fuera del tiempo». Lo que en última instancia nos lega Oliver Sacks en estas páginas es la gratitud del título: a la vida, a sus seres queridos, y a nosotros, los lectores, con quienes a lo largo de más de tres décadas ha mantenido ese diálogo tan especial sólo accesible a los grandes escritores…»

© 2009 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2009
Localizacion
Londres, (Inglaterra)
Copiado máximo en soporte baritado
3
Fecha de diario
2018-12-09
Referencia
3909

DIGRESIÓN NUEVE. Happy End. Austria (2017) Guion y dirección: Michael Haneke. Intérpretes: Isabelle Huppert, Jean-Louis Trintignant, Mathieu Kassovitz, Fantine Harduin, Toby Jones, Franz Rogowski, Laura Verlinden, Aurélia Petit. Las claves de esta película, creo: nadie quiere a nadie; nadie escucha a nadie; a nadie le importa nadie. A partir de ahí, Haneke, nos cuenta una historia sobria, firme, lujosa, fría, desapacible. Sin compasión. Un regalo, un lujo ver en pantalla a Huppert y Trintignant en unos personajes acerados. Y la niña (Fantine Harduin), sobre todo ella, que ofrece un soberbio recital de gestos de extravío por las inextricables arideces de su corazón, de gélida frialdad, de letales instintos. No es fácil penetrar y mucho menos empatizar con los personajes que nos presenta Haneke, impolutos por fuera, fríos y atormentados por dentro. No obstante, no quiero hacer crítica social facilona, de buenos y malos, porque eso no se compadecería con la entendible condición humana. De esta historia, me quedo con la brillante capacidad de Haneke para radiografiar a una determinada clase social acomodada y las inagotables razones que tienen para engolfarse en una permanente frustración; con la fría capacidad de la niña para acercarse a la muerte; con la fuerza que imprime Huppert a su personaje; con el insondable y desolador cansancio que expresa abúlicamente Trintignant. La sinopsis habla del contraste entre una clase acomodada y las penurias de unos refugiados cercanos como leitmotiv principal pero, a mí, eso no me llegó, o en todo caso me pareció un asunto meramente accesorio. Lo importante de esta historia es el fracaso, la mentira, la incapacidad de amar y de comunicarse de unos seres perdidos en sus laberintos.

© 2006 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2006
Localizacion
Las Vegas (Nevada, EE.UU.)
Soporte de imagen
-35 MM. Kodak. High-Speed Infrared 100
Copiado máximo en soporte baritado
2
Referencia
2095
© 2007 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2007
Localizacion
Los Ángeles (EE.UU.)
Soporte de imagen
-35 MM. Kodak. High-Speed Infrared 400
Copiado máximo en soporte baritado
2
Fecha de diario
2007-11-08
Referencia
2613

Caminábamos despacio olfateando imágenes, pero no, no aparecían. Nos sentamos en la calle a tomar un café y ver pasar la gente que, a esas horas, parecían estar en un estado de alucinación (nosotros también). Al rato, nos dimos cuenta que muchos de ellos entraban en un gran local que estaba al lado. Se trataba de un lugar fantástico: el teatro o cine de la fotografía. Estrenaban Wicked. La gente que se había acumulado en el vestíbulo  escribía su nombre en un pequeño papel y lo echaban en un bombo. Poco después se celebró el sorteo de unas cuantas entradas para el estreno, con un sensible descuento. El tipo de público era muy peculiar: personas mayores, familias completas, parejas de homosexuales obesos, mujeres de mediana edad muy maquilladas, con vestidos falsamente elegantes y zapatos de tacón, acompañadas de niñas pálidas que ya acariciaban la adolescencia, personajes solitarios y sombríos de diversas edades. Lo curioso es que todos parecían conocerse. Sacaba las papeletas premiadas una joven animosa acompañada por su jefe (era el que mandaba), y actuaba de animador el acomodador jefe (había más, pero permanecían en segundo plano). Cada vez que la chica nombraba un ganador, todos los asistentes prorrumpían en una sonora y cerrada ovación (nosotros también aplaudíamos de buena gana, faltaría más). También nos entretuvimos especulando con quién sería el siguiente ganador (acertamos varias veces). Cuando las ovaciones decaían, el animador, de gestos ampulosos y amanerados, levantaba los brazos y pedía más aplausos: naturalmente le obedecíamos de inmediato. Los ganadores salieron exultantes del sorteo. Nosotros también nos fuimos bastante contentos: lo habíamos pasado bien participando en el asunto.