"Una fotografía es un secreto sobre otro; cuanto más te dice, menos sabes". Diane Arbus
Uno de los protagonistas de Kafka en la Orilla (qué bello y sugestivo título) dice: «Puedo descubrir que cierto tipo de perfección sólo puede conseguirse a través de una imperfección sin límites». La mayoría de mis fotografías son desoladoramente defectuosas. No persigo la perfección y oh, asombrosamente, consigo eludirla sin apenas esfuerzo. Mi vida está indefectiblemente unida a la medianía voluntariosa. Estoy constituido así y no debo lamentarlo; a fin de cuentas, ese hecho no es sustancial, sólo accesorio. Es infinitamente más importante la consciencia y el deseo. Cuando fotografío me desborda una cierta ansiedad agónica, y esa es una actitud sumamente imperfecta que acusan mis fotografías. Ni siquiera la fría e infalible ingeniería fotográfica consigue neutralizar mis temblores. Fotografío como si fuera el último y definitivo acto de mi vida y así no hay manera de acceder a la pulcritud. Me da igual (o no tanto), porque creo que sólo aspiro a que ellas palpiten como un último aliento. «Y es que hay obras que poseen cierto tipo de imperfección que cautiva el corazón de las personas justamente por eso, por ser imperfectas…» Haruki Murakami
ES LA DISTANCIA la única mirada que soporta bien, y todos los que atienden a su provocación y se dejan seducir, tienen que enfrentarse y superar las acechanzas del tópico y eso lo consiguen muy pocos. Jose María, en la amplia colección de fotografías que presentó, ha tenido muy presente ese riesgo y lo ha resuelto con brillantez. Yo nunca he aceptado el reto, no me he atrevido a caer mórbidamente en la contemplación. Quizá porque he temido no estar a la altura; como cuando deseas ardientemente a una posible amante y sospechas, hasta el pavor paralizante, que no darás la talla, que la dejarás insatisfecha y eso será frustrante también para ti.
Y acaso no nos ha sido concedido el lenguaje para liberar a las cosas de su imagen, para llevar a la apariencia la misma apariencia, para conducirla a la gloria? Giorgio Agambem
…cercana a la DESGRACIA, que pondrán a prueba su fortaleza y sabiduría,…
VOCES de Antonio Porchia:
* Mis culpas no irán a otras manos por mi culpa. No quiero otra culpa en mis manos.
* En plena luz no somos ni una sombra.
* Quien pretende apartarse de locuras, enloquece.
* Lo irreparable no lo hace nadie: se hace solo.
* Se aprende a no necesitar, necesitando.
* Quien hace un paraíso de su pan, de su hambre hace un infierno.
* La pobreza ajena me basta para sentirme pobre; la mía no me basta.
* El lamentarme de todos y de todo, creciendo, ha llegado a ser el lamentarme de mí mismo. Y crece todavía.
* Se apiadan de las víctimas, las víctimas.
* El hecho trágico se halla donde hay hondura y donde no hay hondura; pero el dolor del hecho trágico sólo se halla donde hay hondura.