Hombres disímiles…
…Soy hijo de la literatura o de lo que escriben los demás; lo que provoca que me pierda en demasiadas ocasiones en mundos ajenos. Esa es mi condena, pero también mi salvación. De cualquier forma, la suerte está echada: no pienso cambiar (por ahora). Por eso, en el momento de fotografiar, en la mañana de fiesta de mi extraña y abúlica ciudad, decidí que lo único que me interesaba eran las caras; caras y caras, todas las que pueda llevarme; era mi botín de esa mañana. R. Argullol escribió: «tenemos la cara que merecemos; tenemos el alma y el destino que merecemos; tenemos, incluso, los demonios y los dioses que merecemos«. Aparentemente, todas las personas que pasaban delante de mi cámara, compartían ciudad, experiencias religiosas, dioses y demonios y muy probablemente hasta el sentido de su destino, aunque sus circunstancias cambiaran en algo; pero no dejarían de ser sólo eso, circunstancias. Yo quería saber si también sus caras denotaban lo mismo, todas lo mismo, como si la hermandad de sus almas hubiera cristalizado en sus rasgos, en su piel y hasta en su olor…
Sigo con el asunto de los perfiles, pero esta vez diversos, y aunque todos serios, ninguno solemne (aunque aparezca yo en dos de las fotografías de la serie, porque a veces me da por la solemnidad, pero, como en el caso de ayer, mi mejor imagen también suele ser de lado). La serie se llama: –Los perfiles impecables-. Por un lado, están las que hago en la calle a seres desconocidos, por obvias estrategias de disimulo y ocultación de mis aviesas intenciones; por otro, las que realizo en -la habitación de retratar-, con el más o menos claro propósito de relajar la sesión. El resultado, me suele gustar mucho. A fin de cuentas, y teniendo en cuenta la imposibilidad de penetrar realmente en los demás, fotográfica y estéticamente son perfectamente admisibles y necesarias cualquiera de las perspectivas que posibiliten crear una bella imagen. «Nadie puede cruzar la linde que le separa de otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a sí mismo». Paul Auster
…y que, según alguien ha dicho, posee algo llamado ALMA que, no se sabe exactamente qué es, pero que le singulariza y diferencia de los demás;…
VOCES de Antonio Porchia:
* Un alma santa no nace de un paraíso; nace de un infierno
* El alma de todos sólo es el alma de cada uno.
* En un alma llena cabe todo y en un alma vacía no cabe nada ¡Quién
comprende!
* Un alma no se gana en un instante, pero en un instante se pierde.
* Nunca serás grande para tu alma, si tu alma es grande.
* Háblame de otras almas, no de tu alma, y así me hablarás de tu alma.
* Creo que son los males del alma, el alma. Porque el alma que se cura de
sus males, muere.
* El fenecer de un alma es leve, muy leve, casi silencio.
* Todas las almas necesitan un año de mala salud.
* Siempre es una pena lo que nos acerca al alma.
Individuo de perfil bien dibujado; gracias a la capacidad artística de mi vieja cámara grande y a mi intuición completamente inconsciente (suele ser una propiedad o característica de las acciones automáticas), conseguimos dotarle de una imagen misteriosa e interesante, casi dramática, de la que seguramente el individuo carecía por completo. Mi vieja cámara y la fotografía son así (y yo algunas veces), artísticos, simplemente, porque cambiamos las cosas de sitio y de sentido.
Lo que creemos o lo que pensamos, al final no tiene importancia. Lo verdaderamente importante es lo que hacemos. John Ruskin
CONCLUSION: Veremos en que acaba todo esto de la vida anhelante. Pero claro Erik Satie sólo ha habido uno. Los artistas ciertos son únicos. Nadie se les parece. Mi vida, por las cosas que hago, sería intercambiable con la de millones y millones de personas. Así no hay manera. No sé. Además, la originalidad o es auténtica o no es. La diferencia impostada sólo es patética. Por último, para deleite de aficionados, una anécdota de Satie en estado puro.
Solicitó protección de la policía para que le protegiera de su novia:
«Señor inspector de policía, con la debida prudencia y educación, solicito su ayuda para que ponga los medios necesarios con el fin de protegerme de esta mujer, que me molesta y no deja que desarrolle mis obligadas actividades»
foto 9: de este otro señor, que aparece hoy aquí por lo del Contraste con la modernidad de Satie, no se me ocurre absolutamente nada que decir. Qué le vamos a hacer.