La sumisa obcecación del Talibán II
UN APUNTE INNECESARIO II. …También, los católicos convencidos con derecho a púlpito, se inclinan peligrosamente hacia lo «incuestionable», a pesar de la más aparentemente evolucionada cultura del primer mundo. «No hay felicidad sin una aceptación íntegra de nuestra naturaleza, que incluye una vocación religiosa; y tal vocación no se puede extirpar sin un grave menoscabo de nuestra propia naturaleza». Mensaje de este hombre: los incrédulos estamos -menoscabados-, es decir, somos menos humanos, luego un poco prescindibles…
UN APUNTE INNECESARIO III. …Y otra del mismo: «El hombre contemporáneo, al negar su vocación religiosa, se ha convertido en un ser amputado y, por lo tanto, infeliz…». Y culpable, según este hombre crédulo. De ahí a intentar imponer sus «verdades» como sea solo hay un paso si se dan las circunstancias geopolíticas propicias. Así se ha escrito y aún se escribe la historia de la infamia…
NADA QUE ESCRIBIR XXIV… «A todas las preguntas acerca de la religión, yo respondo con esta frase de Mark Twain: «La religiones creen en cosas que uno sabe que no son ciertas». Remy de Gourmont
UN APUNTE INNECESARIO IV. No obstante, como dice Paul Auster: «Mientras haya una persona que se la crea, no hay ninguna historia que no pueda ser verdad». Asi que el asunto lo dejaré por el momento, aunque volveré otro día. Seguro.