"JUVENTUD: Periodo de lo posible". Ambrose Bierce
…Los aspectos descriptivos de lo que sucedía en la sudorosa tarde carecían de importancia para mí, sólo eran el resultado de la suma de muchas voluntades alrededor de una misma causa, sabida hasta el fastidio. Además todos hacían más o menos lo mismo; avanzaban sobrexcitados en una misma dirección: hacía Cibeles. Me interesaban las personas solas, porque si las señalaba fotográficamente junto a sus aparentemente iguales (o parecidos), habrían perdido la dimensión esencial a la que yo quería acercarme, que no era otra que mostrar su individualidad y soledad en un contexto multitudinario y gregario, en el que todos se sentían protegidos por el acuerdo total; pero, afortunadamente, cada uno a su modo…
…Sólo tenía una idea (en mi caso, estado infrecuente de exuberancia mental), y era que no me interesaba contextualizar o narrar el desfile festivo. También me sentía ajeno a la reivindicación social o política. Como los humanos tienden a juntarse incansablemente devienen los hechos sociales, lo que no deja de ser una consecuencia secundaria e inevitable, y por lo tanto casi irrelevante por obvia; y a mí me viene estupendamente para fotografiarles disimuladamente. No es lo ideal, pues me gustaría que las relaciones fueran primero personales y luego fotográficas…
…A mi me interesan (o no, depende) las personas; aquella tarde de infernal bochorno, la mayoría eran Gays y Lesbianas, sencillamente porque era su fiesta. No sé hasta qué punto era importante que lo fueran, aunque esa circunstancia podía ser determinante en su estado de ánimo: todos estaban muy contentos y exaltados. Los del mes pasado, aunque también celebraban algo, no se comportaban igual; más bien parecían traspasados por la culpa y la tristeza. Ellos sabrían por qué. Me gustan mucho más éstos: bailaban y reían sin parar. Supongo que debía ser, entre otras cosas, porque además de no sentir la culpa tan intensamente, follan más y con más variedad luego su vida sexual debe ser más amena (supongo) y eso siempre ayuda a transportar la existencia…
…Al final de todas las historias que queramos contar o contarnos, siempre es el individuo solo el que sostiene el mundo, el que se encuentra a cuerpo limpio frente a sus pulsiones, sus sentimientos, sus necesidades, sus miedos, sus impotencias y también potencias, cómo no. El núcleo de la vida siempre está en el corazón de la persona sola y por extensión en todos los demás, aunque eso sólo es aritmética llevada a sus máximas y aburridas consecuencias. Me interesa intuir o deducir, con razón o sin ella, cómo sobrevive el individuo (los memos ahora dicen: individuo/individua) al desequilibrio que provoca vivir, sabiendo de la muerte y del imposible. Por eso me gusta asistir con mis cámaras a los acontecimientos o celebraciones (si suceden cerca, claro) lúdicas y ruidosas y no porque me sean propias (o sí), sino porque la gente que se divierte es infinitamente más tolerante y generosa con los demás; y yo siempre pertenezco y estoy entre los demás…