Sin los otros no hay risa, y sin risa no hay vida…y yo no río nunca…
Acabo de escanear una fotografía de
un avión roto, descompuesto, en Tucson,
Arizona.
En la parte superior derecha,
hay una mancha negra, pequeña, alargada;
parece estar en movimiento,
pero no sé si será un pájaro tropical,
aunque ni en Tucson, ni en «la innombrable»,
hay pájaros de esa clase. Creo.
No eliminaré la mancha desconocida.
Tampoco la fotografía. Aunque a lo mejor
sí.
No tengo nada que decir de estos individuos,
y seguro que a ellos, si se ven aquí, hoy,
les importará una mierda que no les mencione,
y a mi lo mismo, lo que ellos
puedan pensar.
Este año he estado en la manifestación de Europride. En otras ediciones se titulaba orgullo gay y en las exposiciones de este sitio Bailando con el arco iris, que creo que queda mejor. No tenía intención de ir, pero en el último momento me dije -iré a ver que pasa-. Pasó lo de siempre y que a mi me encanta, me divierto mezclándome con su alegría (al menos aparente). No soy gay ¡que le vamos a hacer!, pero me fascina el escandalazo que montan, y que bailen, cómo no.