La soledad de los borrachos…
Nueve de Julio. Igual que el cuatro. Nada más terminar Dublinesca comencé Aire de Dylan, que he acabado hoy. He leído esta última novela de Vila Matas apasionadamente (soy muy de Vila Matas). En sus historias se agitan las ineludibles contradicciones vitales, la realidad y la ficción, la imposibilidad
de la vida misma, y otras muchas cosas que me interesan y me preocupan: sobre todo el fracaso total. Y la creación, y el arte, también como valor indefinible e inaprensible, cómo no. Mientras leía Aire de Dylan me invadía una inmensa tristeza. Todos lo caminos y todas las puertas y todas las ventanas que se entreabrían en la original y delirante historia que cuenta, a mí, y quizá sólo a mí, me remitían a la imposibilidad de todo. O tal vez a la locura, al fracaso, ese viejo conocido con el que me he fundido hasta ser uno mismo; o a la muerte como única posibilidad de redención del peso de la más abrumadora mediocridad…
…Los atónitos personajes de Aire de Dylan recorren su barrio barcelonés tomando decisiones que ni siquiera ellos entienden. Oscilan entre la desorientación, la inadaptación (palabra anticuada, según Vila Matas), las decisiones irreversibles que enseguida dejan de serlo, la soledad, la imposibilidad de alcanzar la plenitud aunque a veces crean poseerla y una supuesta posmodernidad que sólo puede conducirles al absurdo absoluto…
Un pequeño apunte de Aire de Dylan (un consejo de Juan Lancastre a su hijo
Vilnius): «…le recomendó que huyera de lo auténtico, pues si algún placer había en el cine o en cualquier otro arte, ése no era otro que el placer de andar por ahí disfrazado…-Interpretar un personaje-concluyó el padre-. Hacerte pasar por lo que no eres. Fingir. El irónico y taimado carnaval. La gran fiesta de la astucia y de la mascarada. Algún día lo comprenderás».Enrique Vila Matas
…El Fotógrafo ha leído el artículo del señor Muñoz Molina sobre Francesa Woodman con inmenso placer, y se ha sentido confortado al comprobar las curiosas e inexplicables coincidencias en las interpretaciones y formas de enfrentar el hecho fotográfico, a pesar de tanta distancia en el espacio y el tiempo. Además, en ese espléndido y oportuno artículo para Él, Muñoz Molina, en una sola frase, demuestra lo bien que entiende el enigma fotográfico: «Lo que revela como ningún otro medio la fotografía es nuestra condición de fantasmas»…