Lo de los vetustos mantos solo es atrezzo, lo que importa es lo que hay debajo, las personas, porque los Creyentes se expresan desde sus caras (supongo), porque ya lo dice el dicho popular: “la cara es el espejo del alma”…
LOS CREYENTES XVII. Enseguida se impuso lo obvio, o tal vez lo esencial, que no es otra cosa que fotografiar primeros planos. Las razones son diversas. Una de ellas es que me interesan las caras de la gente (aunque no tanto ellos), porque al fin y al cabo las caras dicen y son la consecuencia de lo que ha sido y es su vida. Lo de los vetustos mantos solo es atrezo, lo que importa es lo que hay debajo, las personas, y los Creyentes se muestran desde sus caras, porque ya lo dice el dicho popular: «la cara es el espejo del alma» …
LOS CREYENTES XII. En estos últimos años le he visto portando una pequeña cámara digital Fuji; ahora llevaba una de la misma marca, un poquito más grande. Según dijo, tenía zoom y eso le permitía acercarse un poco más a motivos más alejados, aunque seguía siendo corto. Le pregunté que cómo se apañaba con objetivos tan cortos dado que condicionan la escritura fotográfica a la descripción paisajística, a no ser que se metiera él mismo dentro del motivo. Me contestó que él se acercaba mucho sin demasiado problema, es decir, que si quería un plano corto de alguien le fotografiaba a un palmo de sus narices, lo que me pareció de una osadía y hasta una indelicadeza imposibles para mí. Eres un valiente, creo que le dije (y pensé que era tener ganas de tragarse su diminuta cámara de una hostia). A medida que escuchaba a mi amigo estaba atento por si sucedía algo que me aludiera, pero no, apenas pasaba nada que no fuera el agobiante calor. Cuando me quise dar cuenta mi amigo había desaparecido como había llegado, como por ensalmo…