DIARIO DE VERANEO.
Un día de agosto cualquiera: me levanté temprano y salí a merodear por los alrededores del agua, a pleno sol. Los veraneantes (o bañistas) se iban aproximando a los lugares habituales de sus actividades rutinarias y supongo que placenteras (para ellos).
24 AGOSTO 2006
© 1986 pepe fuentes