EL ÚLTIMO HOMBRE DE NUEVA YORK: a este hombre, para mi el último de Nueva York, le observé atentamente emboscado entre otras gentes. Era un día como otro cualquiera si no fuera porque estaba en esa magnífica ciudad y a punto de marcharme (me gustaría volver), y porque oficializaba un hito más en el alejamiento incesante (ese día cumplí un año más). Este hombre también avanza vertiginosamente por el camino del alejamiento. No tengo ni idea de cómo lo vive él. Sólo sé que me llamó poderosamente la atención y no quise evitar fotografiarle: fue mi último hombre de Nueva York y mi última fotografía en esa majestuosa ciudad; después guardé la cámara y desee ardientemente volver a desenfundarla otra vez allí, porque la fotografía está por todos lados, es tan fácil como levantar la cámara, mirar y cogerla.
11 AGOSTO 2007
© 2006 pepe fuentes