Me quedaba la piedra, tampoco las que había alrededor eran como la que yo buscaba pero eso sí, una vez más la realidad superaba a la ficción porque eran infinitamente más bonitas que las que yo había visualizado. Ah, sobre realidad y ficción, no tengo nada claro: no sé lo que me interesa más o lo que prefiero; supongo que depende del momento, aunque, en definitiva sospecho que la línea divisoria entre ambas es irreconocible o huidiza, al menos para mí. Las piedras que tenía frente a mí eran fabulosas, podría haber hecho decenas de fotografías y todas ellas interesantes (creo), por sus formas y su inverosímil colocación unas sobre otras. Pero seguro que me habría repetido, así que hice cuatro o cinco y decidí marcharme; me había cansado de tanta creatividad (del campo, sólo de él, porque yo seguía algo atontado) y además tenía hambre
13 ABRIL 2009
© 2009 pepe fuentes