Tengo billete de vuelta a las 15:50. Poco antes de entrar en la estación hago alguna fotografía más. Lo he pasado estupendamente en Madrid. Es una ciudad magnífica en la siempre me apetece hacer cosas, en contraposición con la mía, en la que nunca deseo hacer nada. A «la innombrable» habría que hacerla capital mundial de la neurastenia, o mejor del aburrimiento, sencillamente.