«Nubes amenazadoras se aglomeraban y se descargaban en la lejanía sobre el relieve luminoso de otras nubes, las cuales, inocentes, se oponían a aquellas a manera de continentes imaginarios. Y todo ello, sobre la soledad del paisaje ensombrecido por esta causa; pero en lo profundo del abismo se divisaba un trozo de río (alegre como Daniel en la cueva de los leones), el gran paso del puente, y luego, totalmente inserta en este acontecer, la ciudad en todos los tonos de gris y ocre ante el azul abierto y no obstante inaccesible del oriente.» Rainer María Rilke
…A medida que la tarde avanzaba, las nubes, el aire, la luz, seguían los dictados de Rilke escrupulosamente. En la fotografía el cielo de nubes del fondo no es el oriente, como escribió Rilke, sino el norte. Fotografié antes de releer estos textos, que ya había leído hace muchos años y que tenía olvidados. Me sucede con frecuencia que las circunstancias, los elementos, los escritos de autores, se organizan en torno a lo que hago o pretendo hacer; casi sin que yo intervenga (o sí). Debe ser una habilidad secreta que poseo; tanto que ni siquiera soy consciente de tenerla. Sólo me asombra cuando la detecto; luego la olvido y sigo con lo de siempre…