El capítulo III (cada capítulo tiene tres imágenes), acaba hoy. En éste he mostrado a los que se colocaron de perfil. Éste puso más de su parte que el de ayer, yo, puse lo mismo, y claro, así no hubo forma. Espero que a él, el resto de la tarde le fuera bien, y sobre todo que por la noche tuviera el premio que se correspondiera con tan majestuoso atuendo. No sé si asistir al desfile del orgullo gay con vistosos atuendos garantiza tener buen sexo (deseado, excitado y orgásmico), pero lo que sí sé es que yo no me tomaría tantas molestias, si no fuera por el estímulo del deseo con expectativas. Quizá esta idea tan previsible, sea consecuencia del cierto simplismo heterosexual que padezco (aunque a veces también disfruto). Me parece que la indudable y generalizada limitación de los heterosexuales para el gozo, tiene que ver con la supuesta verdad y corrección de la que nos hemos provisto desde tiempos remotos, y que nos ha hecho previsibles, precisamente donde menos hay que serlo, en el ejercicio del placer. Y ahora una cita que apoye mi teoría: «…vean ustedes, yo creo en la frivolidad, es una suerte que tengamos la frivolidad, la frivolidad nos salva, me sorprende que no comprendan esa superioridad que nos da ser salvados por la frivolidad…el día en que la frivolidad nos abandona nos morimos…» Yasmina Reza