…Creo que ha llegado el momento de hablar de algo que tampoco entiendo muy bien y que es uno de los aspectos más complejos, debatidos y esenciales del lenguaje fotográfico: la MEMORIA. Paradójicamente tampoco sé mucho de eso (quizá tendría que haberme dedicado a otra cosa, al bricolaje, tal vez). Este escenario es un diario, lo que no me permite reflexionar durante mucho tiempo sobre algo, al menos todo el que necesitaría, porque a poco que me descuido se me echa encima el día siguiente (escribí esto ayer mismo), y mucho menos sobre algo tan complejo como la memoria, que necesitaría de un pensamiento largo y profundo. Así que, será mejor que piense por mí Félix de Azúa, que lo hace infinitamente mejor: «No obstante, memoria es, también, el nombre clásico de la imaginación: recordamos lo que somos capaces de imaginar y todos los recuerdos son imaginarios, sobre todo los que se apoyan en fotografías, escenarios imaginarios cargados de dramatismo en los que se apoya el mortal contemporáneo para darse sentido. La democratización del retrato heroico ha llenado nuestros hogares de millones de fantasmas fríos e inquietantes».
26 NOVIEMBRE 2011
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