7 ENERO 2012

© 2011 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2011
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL-IPHONE
Fecha de diario
2012-01-07
Referencia
5453

…Miércoles, veintiuno de diciembre: permanecí en el hospital sólo una hora, exactamente desde las ocho a las nueve de la noche. «J. está viviendo sus últimos días, o quizá horas», pensé en ese momento. Todos los que nos encontrábamos allí a esa hora lo temíamos, pero ninguno sabíamos cuando aparecería la maldita parca. Él tampoco. Sus ojos miraban atónitos y desorientados en torno suyo y luego volvían al techo, siempre al techo; como si esa superficie lisa y blanca fuera su último refugio seguro. A veces señalaba un punto de la pared, como si allí se le apareciera una visión extraña e insoportable. Después de un rato, su mirada regresaba a los que nos arremolinábamos azorados en torno a su cama y nos miraba uno a uno. No sabíamos lo que pasaba por su cabeza. De vez en cuando su mirada se quedaba prendida en uno de nosotros y contaba algo que sólo él comprendía. Después de intentar infructuosamente hacerse entender, se encogía de hombros y decía: «da igual«. Su mirada seguía vagando con fijeza desasosegante. Otras veces, nos daba instrucciones imperativas: «no crucéis, poneos todos a este lado»; o, «llamad al señor con el que cenamos anoche«; o, «vámonos todos a casa»; o, «esta noche que no se quede aquí nadie de los nuestros»; o, «allí, en la pared, hay una araña». Resultaba imposible sostener su mirada narcotizada y vacía…

Pepe Fuentes ·