…Elegí la habitación convulsa. Por supuesto. En las paredes de pintura descolorida había algunos objetos que empezaron a moverse a medida que enfocaba y disparaba mi vieja cámara grande. Una inservible escalera apareció súbitamente frente a mí, pidiendo sitio en la fabulación que sucedía a golpe de obturador. Debía saber que soy sensible a lo que ya no sirve para subir a ninguna parte…
21 MAYO 2013
© 2013 pepe fuentes