…Este mes, indudablemente, es el mes de Enrique Vila Matas en este diario. Por algo será. Debe ser por una cierta sintonía o empatía que siento hacia su visión de cuestiones tan importantes como el paso del tiempo. Curiosamente, por algo será, el texto de ayer lo escribí antes de tropezarme con este otro suyo en Kassel no invita a la lógica: «El comienzo de las horas negras irrumpía en mí siempre sin avisar y de inmediato me ponía a pensar que no me quedaban muchos años de vida y que todo en ella había pasado muy rápido, pues hacía tan sólo unos días era joven y gozaba de una gran despreocupación por las cosas, pero todo había cambiado en poco tiempo, eso era ya una realidad inmutable, y me entristecía y, cuando irrumpían las horas negras, casi puntuales tarde tras tarde, no podía nunca evitar deslizarme siempre de forma implacable por la rampa de los pensamientos más pesimistas y peligrosos». Es lo mismo, lo suyo y lo mío, y claro, lo de tantos.
11 ABRIL 2014
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