…Sigo con lo de ayer. Sus proyectos de futuro: interesantísimos e inmensamente creativos, naturalmente. Y sus músicas, ¡oh, como eran sus músicas! Sensibles, profundas, originales, emocionantes, y marcadas por la inspiración y un punto de recóndito intimismo que les señalaba como poseedores de una gracia y sensibilidad especial (como yo cuando me pongo interesante). Además, estos preclaros invitados, aportaban todo tipo de información histórica sobre el origen de sus músicas, del contexto del compositor y sobre los músicos que mejor las habían interpretado. Por si fuera poco, ellos se las encontraron precozmente gracias a una sensibilidad prodigiosa, casi en la infancia, y ya quedaron transidos eternamente por la trascendencia e importancia de esas composiciones eternas, como no podía ser de otro modo en seres tan excepcionales. Claro, es que además estas gentes suelen ser adelantadas en todo. Desde pequeñitos ya tienen una vastísima cultura y luego, un poco después, realizan unas carreras académicas brillantísimas, con estudios en universidades extranjeras, plagadas de doctorados y cosas así. Me pasé toda la mañana con la boca abierta diciéndome: no, no es posible, aunque me cueste creerlo la perfección existe; esa mañana estaba encarnada en estos tres «tipos» y una «tipa» tan asombrosos y perfectos (como cuando ves esas mujeres tan increíblemente bellas en pantallas y carteles que luego jamás te encuentras en la vida real; pues eso, así era la cosa). Tampoco debo olvidarme del presentador: un fenómeno, de música lo sabe todo y de la carrera de los invitados también. Ha leído sus libros, ha visitado sus exposiciones, conoce sus trayectorias y además entiende de los secretos y coyunturas de sus oficios. Ah, y sus preguntas siempre son pertinentes e inteligentes; en serio, lo digo completamente en serio. Sí, amigos, todo resultaba tan mirífico e inaudito, que ni siquiera podía sentir envidia que es lo que me suele suceder en estos casos. Los próximos programas los oiré encantado, como siempre, pero eso sí, en posición genuflexa. Y, mientras, yo, esa mañana, un poco avergonzado por mi escasez espiritual y artística componía estas imágenes tan sencillas, pero que parecen venir de complejas reflexiones estéticas, vanguardistas casi, quiero pensar. Cada uno a lo suyo.
22 ABRIL 2014
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