24 ABRIL 2014

© 2001 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2001
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de copias
ILFOBROM GALERY FB
Viraje
SELENIO
Tamaño
46,5 x 58,2 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Copias disponibles
2
Año de copiado
2002
Fecha de diario
2014-04-24
Referencia
419

…LAS COSAS DEL AMOR y II: muy probablemente lo del «amor patrio» de Vila Matas, aun siendo estéticamente insufrible, quizá tenga que ver con valores y emociones que están un poco más allá (o más acá) de mis narices. Quizá, en algún momento, él y sus compatriotas se hayan sentido agraviados por España y hayan decidido cerrar filas como héroes espartanos y luchar hasta entregar ridículamente el sentido del buen gusto (el espíritu beligerante enciende las emociones y calienta los corazones de la gleba) o por el contrario, sea una cuestión de más tono espiritual, como la cultura y la lengua, por ejemplo. O, tal vez, todo obedezca, en el caso de Enrique, a algo más sencillo e íntimo: -quiero a quienes me quieren- o al menos a los que me reconocen. A mí, ayer, por ejemplo, de los miles de millones de personas que habrían podido acordarse de mi «santo», solo lo hicieron seis (tres eran familiares) y a esos seis los quise más que a los miles de millones que no lo hicieron, luego estoy en condiciones de decir que yo, a la humanidad, la aprecio poco y razón no me falta. En cuanto a mis conciudadanos, tampoco me hacen caso, luego ellos tampoco me mueven al amor. Y mi ciudad, como estructura física y espiritual (edificios, calles, historia, arte y cultura, folklore y esas cosas), tampoco me alcanza ni enamora. Tuve un amigo, al que abandoné probablemente por las tontunas que decía, que un día me confesó que quería que esparcieran sus cenizas por la ciudad, de tanto como la amaba. ¡Hay que joderse! A lo mejor, Vila Matas, también quiere que lancen sus cenizas al aire en Montserrat. Vete tú a saber hasta dónde puede llegar el «amour fou». Otra cosa sería si a mí, que soy casi tan humano como él, me ocurriera lo que debe sucederle a él en su patria: que los castellano manchegos me reconocieran y hasta me quisieran; pues nada, seguramente yo también amaría mucho a Castilla La Mancha, como le pasa al divino Pedro (Almodóvar), según tengo entendido. Es la felicidad y el bienestar de los amores correspondidos ¡qué bonito! Supongo que se trata de algo tan sencillo, o mejor simple, como eso. A estas alturas, los argumentos se me están yendo de las manos porque no creo que haya conseguido mejorarlos y tampoco estoy dispuesto a extenderme en reflexiones de más enjundia, como el origen del mito (catalán), las esencias culturales, el hecho diferenciador y, cómo no, las supuestas gestas y grandezas históricas; en fin, idealizaciones, mitologías y sublimaciones falaces para uso de inmaduros emocionales. Pretenden, a cambio de un altísimo coste social y sobre todo cultural, adquirir el pleno dominio de la casa (que ahora no es enteramente suya) y cerrar puertas y ventanas para gozar en una intimidad endogámica, adormecedora y escasa. No, no sigo más con este tonto asunto, sencillamente porque no me apetece y porque no creo estar preparado para desentrañar lo que no entiendo; pero, esencialmente, porque me importan una puñetera mierda esas memeces sentimentales. Es lo que hay.     

Pepe Fuentes ·