8 OCTUBRE 2014

© 2004 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2004
Localizacion
Viena (Austria)
Soporte de copias
ILFOBROM GALERY FB
Viraje
SELENIO
Tamaño
46,5 x 58,2 cm
Copiado máximo en soporte baritado
10
Copias disponibles
9
Año de copiado
2004
Fecha de diario
2014-10-08
Referencia
404

DIGRESIÓN SEIS: Stoner, de John Williams. No consigo recordar ningún libro que me haya hecho sentir las sensaciones tan terribles y desoladoramente próximas que he tenido leyendo Stoner.  Se me ha pegado de tal modo al estado de ánimo que leía sin poder apartar la mirada de las líneas que se sucedían inexorablemente a medida que avanzaba. La verdadera y convulsa fuerza, al menos para mí (no había leído ninguna referencia crítica sobre sus obras), es que dota de una verosimilitud a sus desdichados personajes que solo puede sobrecogerte. Stoner soy yo, en alguna parte de mi ser soy Stoner; es más, todos somos Stoner y nadie lo es. Es el hecho de vivir fuera de uno mismo, de ser una especie de autómata que vive y muere ajeno a sí mismo, siendo él mismo. Es una indagación mareante sobre la cobardía y valentía extrema, no hay término medio. Mi vida, nunca habría podido ser como la suya, pero en realidad es la misma. La lectura de esta novela me ha provocado un vértigo que sé que se parecería mucho al que sentiría asomándome a mis sombras y verdades. «Y había querido ser profesor, y lo fue, aunque sabía, siempre lo supo, que durante la mayor parte de su vida había sido uno cualquiera. Había soñado con un tipo de integridad, un tipo de pureza cabal, había hallado compromiso y la desviación violenta de la trivialidad. Se le había concedido la sabiduría y al cabo de largos años había encontrado ignorancia. ¿Y qué más?, pensó. ¿Qué más? ¿Qué esperabas?, se preguntó». John Williams

Pepe Fuentes ·