HISTORIAS DE UN HOMBRE SIN HISTORIA. La pesca, los peces muertos y los pájaros invisibles IV:
En esos momentos tan «quietos y plenos de conformidad tranquila con el planeta» (casi unamunianos), además de la fotografía de la orilla transparente de ayer, también se me ocurrió fotografiar un tronco amputado y retorcido en el borde mismo del agua. La tarde transcurría en silencio. Solitaria y perfecta. No se divisaba a nadie, luego nadie amenazaba con su presencia. A lo lejos unas vacas gordas e indolentes. Era perfecto. Accidentalmente metí ambos pies en el agua empapándome los zapatos, claro. Maldije mi torpeza a pesar de convivir con ella a todas horas y estar tan acostumbrado. Después seguí bordeando la orilla disfrutando del agua transparente, de la luz, del silencio…
8 NOVIEMBRE 2014
© 2014 pepe fuentes