«El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez». Augusto Monterroso
Yo no, no puedo prescindir de ninguno de los doce enunciados, luego lo mío, en vez de decálogo, sería un «dodecálogo» (e incluso más) supongo, que ni siquiera sé muy bien cómo se podría llamar.
24 NOVIEMBRE 2014
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