…En Segovia prolifera una espléndida arquitectura románica. También gótico e incluso un poco de mudéjar y trazas renacentistas en alguno de sus edificios. Pero la joya de la ciudad es el Acueducto, de una belleza fascinante en su sencilla austeridad. Único. Pero no, nosotros no somos dados a las visitas exhaustivas a edificios y arquitecturas singulares. No fuimos a Segovia a ver románico, ni el acueducto ni nada en especial. Fuimos a Segovia por ir a Segovia y porque León nos pillaba lejos. Si hubiéramos ido a León habría sido porque Lugo nos quedaba mucho más allá y Segovia demasiado cerca y la distancia justa era la de León. Elegimos los sitios porque sí. Sin más. Luego, una vez allí, nos las apañamos para no hacer nada en especial y entretenernos. Nunca nos aburrimos. Es lo que tiene no esperar nada de nada, en ningún sentido, y además ser perfectos ignorantes en casi todo. A Naty y a mí nos gusta acompañarnos en ciudades que no conocemos y verdaderamente no conocemos ninguna, ni siquiera la nuestra. Siempre que salimos de nuestra casa nos instalamos en el gusto en vagar sin propósito, salvo el de procurar que haya enclaves que nos guste mirar y gente alrededor para que todo resulte más ameno y, si es posible, que haya causas fotográficas…
«Necesitamos de la nada para pensar lo que es». Antonio Machado
26 AGOSTO 2015
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