…Parece una coincidencia sin importancia el que mis últimas lecturas tengan como telón de fondo la muerte. Pero no debo preocuparme si atiendo a Mankell (la muerte forma parte de la vida, dice, aunque me cuesta creerlo). ¡No pasa nada! seguiré con Arenas movedizas. Es una obra inquietante, vital y desoladora al mismo tiempo. No le había leído antes y se me ha presentado de pronto en la distancia corta porque se ha muerto y me he enterado. Si te diagnostican un cáncer te mueres. Si no, también, pero de otro modo. El cáncer siempre es sucio, túrbido, tenebroso. Su crueldad es infinita: te mata lentamente en una lúgubre tortura entre dolorosos e inconsolables espasmos. Sin solución, infalible y letal. Odioso.
12 NOVIEMBRE 2015
© 2013 pepe fuentes