ALGUNAS COSAS QUE ME PASAN CUANDO ME ATREVO A SALIR A LA CALLE y III: Después me acerqué a una clínica veterinaria para interesarme por los servicios que podrían ofrecer a Charlie Brown porque, como todo el mundo sabe, es un perrito muy delicado. Dado que reunía el perfil de posible cliente, pensé que se esforzarían un poco en resultarme simpáticos, aunque solo fuera dirigiéndose a mí con un confianzudo y cordial tuteo (como la enfermera de hacía un rato), por lo que iba expectante y contento pensando que alguien me haría algo de caso, el martes por la mañana. Pero no, nada de nada, más bien todo lo contrario, me despacharon con trato frío, aséptico, formal. Antipático casi. Ni siquiera me sonrieron un poquito, a pesar de que me atendió el dueño del negocio, el veterinario. No volveré. Seguro. Así son las cosas que me encuentro cuando salgo de mi casa. Lo único bueno, mi asombrosa pirueta, la amabilidad y profesionalidad de la técnica sanitaria y la rebanada de pan con aceite y tomate. Lo demás, prescindible. Ah, y para mi-observatorio social- apenas nada.
20 NOVIEMBRE 2015
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