DIGRESIÓN SIETE. Mr. Turner. Reino Unido (2014). Guión y dirección Mike Leigh. Fotografía Dick Pope. Intérpretes Timothy Spall, Dorothy Atkinson, Marion Bailey. Mis expectativas sobre esta película eran altísimas. El pintor es uno de los que ocupan mi particular olimpo pictórico (entre los diez que más me interesan), el director de la película tenía toda mi confianza y admiración (Secretos y mentiras, entre otras) y el actor que encarna a Turner igual, siempre me ha gustado. Por si fueran poco todas esas referencias, las críticas eran elogiosas. Comencé a ver la película absolutamente entregado, sin sospechas. Enseguida reparé muy contento por la constatación, que el tratamiento fotográfico de luces y paisajes, tanto marinos como montañosos, era espléndido. No es fácil conseguir que, a través de la textura cromática de la película, puedas sentirte dentro de la época o contemplando al natural cualquiera de los paisajes representados y embellecidos hasta la exaltación en las obras de Turner. También los perfiles y matices dramáticos del personaje y personajes que se mueven en torno a él resultaban turbadores. Dramáticos y bellamente convulsos todos. Timoty Spall está inmenso en su interpretación del pintor, con sus extrañas y guturales expresiones, con esa tosquedad que no parece albergar ninguna finura espiritual pero que, sin embargo, son de un hombre que ha cultivado su sensibilidad y su percepción hasta lo sublime; un artista capaz de plasmar la más sutil vibración de luz en un horizonte marino y, además, dotarlo de transcendencia poética y excelsa belleza. Nunca sabes qué pasa por su cabeza y cómo reaccionará ante cualquier situación que se presenta. Sin duda su genialidad queda más que patente y magníficamente expresada en esta película. Porque, de qué sirven las buenas maneras, a fin de cuentas. Menos mal que no las tiene, eso es consustancial a su talento, sin duda. Las caminatas del pintor, buscando encuadres, motivos, y sobre todo luces, son creíbles. Lo sé bien porque se parece mucho a las búsquedas fotográficas. Es una película testimonialmente bellísima y dramáticamente conmovedora. Y ahora es cuando me preguntó: ¿por qué no me entusiasmó? ¿por qué no consiguió transportarme del todo al mundo pasional de Mr. Turner? ¿por qué en algunos momentos rocé el aburrimiento? –Tendré que pensarlo-. Esta anotación la hice muy de mañana, al día siguiente de haberla visto, y en algunos momentos de ese día pensé en ella y las sensaciones fueron cambiando a mejor y mejor. Recordaba y me maravillaba la enajenación y absoluta necesidad de pintar y pintar de Mr. Turner. Su pasión arrasadora y feliz. Creía en la luz, en la pintura y en sí mismo. Eso es tan insólito, poderoso y vitalmente brutal que solo puede entusiasmar. Mucho. Sí, pero, por qué pasé por momentos de desfallecimiento y casi aburrimiento viendo la película? Seguramente seré yo el problema. –Tendré que pensarlo, o no-.
28 DICIEMBRE 2015
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