16 ABRIL 2016

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Almonacid, Toledo (España)
Fecha de diario
2016-04-16
Referencia
3246

¿Puede ser que la realidad no sea conocida con exactitud a no ser que el hombre se reconozca en ella? Karel Kosik
LOS REALISTAS I,
en tres anotaciones y tres fotografías tan realistas como lo contrario, de montones de tierras: ¿pero, quién ha sido el que les ha colocado el título? ¿pero qué es el realismo? No lo sé, quizá lo que afirma Kosik, puede que sí, que sea eso. O puede que solo sea una convención lingüística para así entendernos mejor. La pintura y el arte en general soporta cualquier argumento, concepto, explicación o disertación pedagógica, y etiquetado, sobre todo eso, la etiqueta, faltaría más. El pequeño folleto de la exposición que visitamos el veinticuatro de marzo ofrece generosamente matices, interpretaciones y génesis que se remontan incluso al siglo V a.C. y todos esos argumentos son sensatos, cómo no (por cierto, la presentación no está firmada, luego no supe quién era el alma mater de los acertados comentarios). Pero no he venido hoy al diario a hablar de lo ya hablado y tampoco de lo sabido. Sí, porque ya sabemos que la técnica de dibujo, pintura y escultura de esos artistas es impecable. Que llevan sesenta años analizando, estudiando la historia del arte, desvelándose por las noches en su indesmayable búsqueda de temas para sus obras. Que incluso se han inspirado en obras desde el renacimiento hasta ahora. Que, además, su esforzada y vocacional dedicación nos permite a sus contemporáneos disfrutar de sus recreaciones de los más sencillos objetos y colocarlos en otra dimensión, en otras palabras, nos abren los ojos hacia una manera de mirar más sensitiva y matizada. Y, por si fuera poco todo esto, que sus obras nos provocan una muy seria reflexión sobre el hecho de crear plásticamente. También, que sus obras escultóricas, tan hiperrealistas y fieles a la morfología humana, legarán a generaciones venideras testimonio icónico de cómo era la tipología popular de mediados del siglo pasado, con matices tremendamente expresionistas en su estatismo silencioso y desolado. Su aportación al arte plástico de la segunda mitad de siglo XX se inserta hasta la médula en la imagen más representativa de la cultura popular española. Solo cabe dar las más respetuosas gracias a estos grandísimos artífices y expresarles el más absoluto respeto y consideración como artistas y sobre todo como personas honestas y buenas. En ellos se da como en ninguna otra corriente artística la máxima de Kant: «Una obra de arte no es la representación de una cosa bella, sino la representación bella de una cosa»…

Pepe Fuentes ·