14 SEPTIEMBRE 2018

© 2008 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2008
Localizacion
Tucson (Estados Unidos)
Soporte de imagen
-120 MM- ROLLEI-INFRARROJA 400
Fecha de diario
2018-09-14
Referencia
5066

DIGRESIÓN SEIS. Lucky (2017) EE. UU. Dirección: John Carrol Lynch. Guion: Logan Sparks y Drago Sumonja. Música: Elvis Kuehn. Reparto: Harry Dean Stanton, Beth Grant, James Darren, David Lynch, Ana Mercedes. Los que entienden y catalogan las historias por temática, han etiquetado la película como: Drama / Vejez. Sí, Harry Dean Stanton, el protagonista absoluto, es viejo, mucho, nada menos que noventa y un años. Interpretó esta historia, le dieron algunos premios y, casi inmediatamente, se murió. Confiesa en uno de sus cortos diálogos con un desconocido: -a mí me llaman Lucky- (suertudo). Apenas llegamos a saber de él mucho más. A lo largo de la historia no habla de ningún otro nombre y apenas otras circunstancias de su vida, como familia, oficio, medio de subsistencia; salvo que participó en la II Guerra Mundial, contra los japoneses, y ese es un hecho biográfico real en la vida de Stanton. Vive en un pequeño pueblo de Arizona, absolutamente solo y en paz consigo mismo, aunque dice tener miedo. Procura moverse, hace una breve gimnasia diaria cuando se levanta y va a todos los sitios andando enérgicamente, y tiene miedo. Fuma mucho, no come, solo bebe leche, café y un par de Bloody Marys, decorados con apio, y tiene miedo. Rellena crucigramas incansablemente, y tiene miedo. También ve concursos en televisión, y tiene miedo. Piensa en la realidad y la verdad, y tiene miedo. Su cuerpo desnudo y su cara enigmática, concentrada en no se sabe qué inaprensible momento de su vida, sobrecogen. Y sigue pensando, y manteniendo breves diálogos en un bar de su pequeña comunidad sobre la realidad y la verdad que, según afirma, existe y sobre la que concluye que es la que nos hará desaparecer sin remedio a todos. Y tiene miedo, mucho, al vacío, a la oscuridad, a la nada. En una fiesta de cumpleaños de un niño hispano a la que le invitan cariñosamente, canta una ranchera con una melancólica y honda expresión que parece venir de muy lejos, de alguna triste experiencia vivida en su enigmática vida (al parecer Stanton también fue músico y tuvo un grupo). La película entera es un trasunto y homenaje sensible y bellísimo al inolvidable protagonista de la brillante, épica y enigmática París, Texas (Win Wenders, 1984). John Carrol Lynch, a pesar de ser su opera prima, ha conseguido una demoledora obra maestra sobre el paso del tiempo y el ocaso lúcido. La película empieza y termina con una imagen del galápago de David Lynch, al que llama presidente Roosevelt, huyendo y mimetizándose con el paisaje, quizá porque tiene miedo, como Stanton. El telón de fondo de Lucky, en su deambular firme y decidido, es el paisaje áspero de Arizona, tan solo contrapunteado por cactus. Planta bellísima que a mí, hace diez años ya, me tuvo dos días recorriendo el mismo paisaje, buscando la más bella posible, para que se convirtiera en el cactus de mi vida. Fotografié bastantes pero, después, no fui capaz de elegir uno solo. Todos me parecían magníficos. Quizá, sin ser consciente del todo, yo, en ese paisaje y en los cactus que tanto me esforcé en fotografiar, también buscaba, como Stanton, una cierta esencialidad que fuera fiel reflejo de un modo de ver, que se pareciera a la realidad, o tal vez a la verdad última.

Pepe Fuentes ·