DIGRESIÓN ONCE. Campeones (2018). España. Guion y dirección: Javier Fesser. Intérpretes: Javier Gutiérrez, Juan Margallo, Luisa Gavasa, Jesús Vidal, Daniel Freire, Athenea Mata, Roberto Chinchilla, Alberto Nieto, Gloria Ramos, Itziar Castro. Buenismo, sentimentalismo, cierto sentido del humor y el inconmovible deseo de agradar a todo dios, dan resultado en esta españolísima película. Sí, además, como mensaje final, la última imagen y las últimas palabras son de una pareja que se reconcilia y que además expresa el venturoso y más que previsible deseo de tener un hijo o, en el colmo de la sobreactuación innecesaria, más de uno; cerradísima ovación, sensación plena de confort y directamente a Hollywood. ¡¡¡Qué cansancio, por dios!!! La película arranca en tono de comedia con gags muy bien ideados, sobre todo en la presentación de los integrantes del inverosímil equipo de baloncesto. Son unos minutos de un humor gestual brillante, desde luego, pero eso es un suspiro. Enseguida la película se instala en una historia rutinaria de superación pintoresca, sostenida por unos personajes que solo pueden generar simpatía, solidaridad y todos los buenos sentimientos que imaginarse puedan entre las sencillas gentes. Eso es un acierto incuestionable de Fesser, lo que resulta más que dudoso es la previsibilidad del relato y cómo resuelve cada uno de los matices: el amor que se profesan todos, los abrazos, la casi victoria total del equipo y, para colmo, una reconciliación matrimonial que se veía venir desde el comienzo. Estomagante. Todos los críticos se han mostrado unánimes: cerrada y entregada ovación, sin reservas; hasta mi oráculo personal (Carlos Boyero) dice de ella que es una “…película extraña, en el buen sentido”. Por mi parte, creo que si hay algo que no tiene esta película es extrañeza.
21 SEPTIEMBRE 2018
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