3 DICIEMBRE 2018

© 2017 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2017
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM.-PAN F 50
Fecha de diario
2018-12-03
Referencia
8377

DIGRESIÓN TRES. La tregua. Mario Benedetti (1960). Ebook: Penguin Random House (2015). Desde mañana y hasta el día de mi muerte, el tiempo estará a mis órdenes. Después de tanta espera, esto es el ocio. ¿Qué haré con él? Mario Benedetti. Escalofriante frase de la espléndida novela corta de Benedetti, la más célebre de las suyas. Apenas había leído a este autor, solo me resonaban algunos poemas devenidos en canciones e interpretadas por cantautores famosos: Paco Ibáñez, Viglietti, Nacha Guevara, Serrat. Dice el propio Bendetti, a propósito de esta obra: “La tregua se mueve por el filo entre la emoción legítima y la cursilería”. A mí no me parece cursi, en absoluto, en ningún momento; todo lo contrario (debe ser porque soy un cursi que no se reconoce como tal). Lo cierto es que nunca me había acercado a este autor, precisamente porque siempre había intuido en él un matiz de ejemplaridad positiva y vital que nada tiene que ver conmigo; sin embargo, en esta obra, felizmente, no he encontrado ese prejuicio . Todo lo contrario, está recorrida por un cierto fatalismo y una funesta e insistente mala suerte. La escribió a los cuarenta años, diez años menos de los que cuenta el protagonista, un aplicado oficinista viudo, en el Montevideo de finales de los cincuenta. La ambientación social y laboral se corresponde con el tiempo real en la que está escrita; no así, según me parece, con la vida de Benedetti, aunque el relato tenga un tono confesional. Narrada en clave de realismo social, apegada a la vida de barrio y a las pequeñas cosas que pueden sucederle a una familia y a unos personajes identificables con cualquiera. La novela transpira credibilidad, sentido del humor y un sencillo existencialismo que dice sobre las encrucijadas universales: el amor y su eterna y paradójica imposibilidad, el sexo, las relaciones familiares, el paso del tiempo, la vida, la muerte…, a través de una constante reflexión del buen hombre que es el protagonista, pautada en forma de diario. La novela está traspasada por el paso del tiempo y la llegada del retiro, en su más amplio sentido: Cuando uno se deja vencer, se va deformando, se va convirtiendo en una grosera parodia de sí mismo” (y si no también, pero un poco después). Ilusoriamente cree que el ocio le salvará, todavía no sabe que es la antesala de la muerte, aunque lo intuye. Y no lo digo yo, que lo creo, sino el propio protagonista que aspira ardientemente a la jubilación: “… ¿qué validez tiene ahora para mí aquello que quise ser? Sería algo así como arrojarme conscientemente a una prematura senilidad”.  Enternece su honestidad, como la que mantuvo Benedetti a lo largo de su vida. Es fácil entenderle y hasta quererle.

Pepe Fuentes ·