6 DICIEMBRE 2018

© 2015 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2015
Localizacion
Berlín (Alemania)
Fecha de diario
2018-12-06
Referencia
5775

DIGRESIÓN SEIS. In Zeiten des abnehmenden Lichts (En tiempos de luz menguante). Alemania (2017). Guion: Wolfgang Kohlhaase (Novela: Eugen Ruge). Dirección: Matti Geschonneck. Intérpetres: Bruno Ganz, Alexander Fheling, Sylvester Groth, Pit Bukowski, Evgenia Dodina, Stphan Grossmann, Jean Denis Römer, Hildegard Schmahl.  La fotografía de hoy es de la sala de visitas de la Stasi, en el que fue Berlín oriental. El género de la película: comedia dramática, si es que esa calificación puede existir. Pero lo cierto es que es una comedia hilarante por patética; y también un drama, por lo mismo. Ambos matices, soberbia y sólidamente resueltos. Wilhelm Powileit (Bruno Ganz), cumple noventa años (perfectamente creíbles, a pesar de que Bruno solo tiene setenta y siete), ha pasado toda su vida activa revolcándose obscenamente en el poder: al menos los últimos cuarenta años, desde la colonización soviética de Alemania Oriental (la película se sitúa en 1989, momento del hundimiento total de semejante engendro). Wilhelm se afilió al partido comunista alemán con veinte años, luego ha estado setenta metido hasta las cejas en el asunto comunista. Y, además, se ha creído y participado siempre en esa monstruosa impostura. Toda la historia se desarrolla en el día del cumpleaños del dinosaurio Wilhelm, y por su casa museo pasan funcionarios boqueando como peces fuera del agua, familia, vecinos y amigos. Le rinden pleitesía en un ceremonial que se parece, salvando las distancias, al que rinden a Vito Corleone en la primera parte de El Padrino. Mafiosos ambos. La diferencia está en que la mafia existirá siempre, es consustancial al género humano, y el comunismo no, más bien todo lo contrario; por eso Don Corleone como personaje es fascinante, mientras Wilhelm solo puede ser ridículo. Y lo es, aunque también resulta muy divertido y hasta escéptico e irónico. Película fascinante por lo espléndidamente que está contada y por la esperpéntica representación de unos personajes en total y absoluta decadencia. Todos acabados ya, aunque han sido inmensamente felices en sus largas vidas, revolcándose en el fango del poder absoluto. No hay porqué sentir lástima por ellos, han sido ganadores mientras que la mayoría de los seres humanos no ganamos nunca. Soberbia la actuación crepuscular de Bruno Ganz.

Pepe Fuentes ·