26 ABRIL 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Isla del Sol, Lago Titicaca, Chincana, Bolivia
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD PAN F 50
Fecha de diario
2019-04-26
Referencia
9097

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo dos: Lago Titicaca, Copacabana (Bolivia),
cinco de febrero, martes
IV
“La piedra es, sin duda, la menos elocuente, pero por supuesto la más identificable de las formas de la eternidad…Sobre ellas se izan nuestros edificios, estallan nuestras tormentas…
Cuando la piedra se hace transparente o, más bien, cuando la transparencia se hace piedra, todos los sueños de la tierra nos abren sus páginas…”
Edmond Jabes

Desde el poblado partía un sendero que iba ascendiendo abruptamente hacia unas alturas limítrofes que, si bien no eran muy elevadas, dado que nos encontrábamos muy cerca de los cuatro mil metros de altura hacía que la respiración fuera entrecortándose. Naty, que venía detrás, perdió el fular de alpaca que había comprado en una tienda de artesanía. Solo pudo ser en el sendero por el que ascendíamos. Reinaldo nos dijo que no nos preocupáramos, que en la isla no se perdía nada. Incrédulamente me permití la estupidez de dudarlo, aunque no dije nada. Avanzábamos, primero Reinaldo explicándonos la historia del lugar; o tal vez solo fueran leyendas que él, con su entusiasmo, dotaba de una verosimilitud absolutamente posible y creíble. Para nosotros, lo verdaderamente importante es que estábamos allí, nada menos que en la isla del Sol, frente a la isla de la Luna, y que gozábamos de un momento único. Me sentía enardecido y conseguía subir los empinados tramos de cuesta a buen paso, a pesar de ir considerablemente cargado, eso sí respirando como si fuera mi último aliento. El esfuerzo, en algunos momentos, me provocaba un cierto mareo…

COROLARIO: La tarde era resplandeciente, luminosa, a pesar de que el cielo estaba preñado de nubes. El sol siempre encontraba el modo de filtrarse entre ellas. No en vano estábamos en la casa del Sol, el padre del pueblo Inca. Quizá, pienso ahora, la extraordinaria energía que sentí allí pudo tener que ver con su influjo. Seguramente no, pero me gusta pensar que pudiera ser así.

Pepe Fuentes ·