13 MAYO 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Cementerio La Llamita, La Paz (Bolivia)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD HP5 400 (800)
Fecha de diario
2019-05-13
Referencia
9108

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo tres: La Paz (Bolivia), siete de febrero, jueves
XII
Sobre el cementerio de La Llamita planean leyendas de lo más truculentas: robos de cadáveres, descuartizamientos, despojos de restos para quitarles aquello con lo que estén cubiertos y entierros clandestinos de desaparecidos, de asesinados. El sol picante de primera hora de la mañana no lograba disipar una miasma de espanto”. Chuquiago, Miguel Sánchez-Ostiz

Tenía que superar el trauma, teníamos enfrente, al otro lado de la carretera, el cementerio clandestino de La Llamita. A los recientes e inesperados contratiempos se había añadido que el sol había desaparecido por completo y el ambiente era de un gris pesado, denso, sin matices. En cuanto al lugar, mejor la descripción de Miguel Sánchez-Ostiz, en su obra Chuquiago, que la que yo pudiera hacer: Al otro lado de la puerta reventada apareció un amontonamiento de tumbas excavadas en una tierra arenosa, suelta, y panteoncitos hechos de cualquier manera, en adobe o ladrillo, con o sin nombre, entre matojos de llareta, paja brava y quilquiña; tumbas removidas o cubiertas, cuidadas o derrumbadas a punto de ser comidas por la tierra y la maleza, pintadas de blanco, azul o almagre, pero sobre todo azul, someramente cementadas o en ladrillo sin revocar o revocado a la diabla, con ortografías dubitativas y nombres y apellidos aproximativos, iniciales grabadas en el yeso o en el cemento con un palo, coronadas por cruces de hierro de soldadura con hierros de otras guerras, agarradas con pegotones de cemento para que no las roben para venderlas como chatarra porque por encima de supersticiones el trago es el trago y una cruz supone una buena botellita, o dos si es historiada …”

COROLARIO:  No fotografié mucho, aunque con ganas. Había alimentado un deseo inconcreto desde que supe de este cementerio, antes de viajar a Bolivia. Unas ovejas, negras como demonios, pastaban entre las tumbas.

Pepe Fuentes ·