12 JUNIO 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa (Bolivia)
Soporte de imagen
-120 MM- DELTA 3200 (800)
Fecha de diario
2019-06-12
Referencia
9277

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo cinco: Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa (Bolivia),
diez de febrero, lunes
XII

«Hoja de coca: Empecé a consumirla en el 2009 y luego lo hice de manera habitual. Es tonificante y me ha ayudado a sobrellevar malos momentos de cansancio, de dolores y de agobios del soroche, y de soledad forzosa del viaje y el consiguiente sombrío ensimismamiento. No me ha producido dependencia alguna ni más hábito que el del cigarrillo que no tengo (…) La hoja de coca como remedio contra el aburrimiento, la soledad, el hastío, el lento paso del tiempo, los dolores, la tristeza también (…) Un poco de energía y entusiasmo”.  Miguel Sánchez-Ostiz

Paramos en algunas lagunas que ellos llamaban altiplánicas a fotografiar brevemente. Seguimos avanzando tortuosamente. Un poco más adelante, en el colmo del buen rollo amigable al que habíamos llegado, nos ofrecieron hojas de coca, que aceptamos encantados porque queríamos probarlas. Estuvo bien (Naty tenía una ligera infección en la boca y le desapareció), pero nos cansamos enseguida del bolo vegetal. A las cinco y media llegamos a un paraje repleto de extrañas formaciones de piedra volcánica que se extendían hasta donde la vista no alcanzaba. Paramos a fotografiar y yo comprobé, desagradablemente, que el fotómetro de la vieja cámara grande había dejado de funcionar (simplemente se trataba de pilas agotadas, menos mal). Fotografié con interés. Cuando volví al coche, la pestaña metálica del cierre del portanegativo se enganchó con algo, se abrió y el rollo se veló. Cargué otro rollo y repetí lo hecho a toda prisa. El tiempo apremiaba, eran más de las seis y aún nos quedaban en torno a doscientos kilómetros para llegar a Uyuni, lo que me inquietaba mucho porque el coche daba muestras de agotamiento y podía pararse en cualquier momento.

COROLARIO: Desde siempre, y no sé exactamente por qué, me han interesado vivamente las piedras, fotográficamente, claro. Sí, ya sé, las piedras son materia inanimada y sus formas, a pesar de que puedan ser originales o figurativas (como la del día de hoy, Halcón, la llaman, según nos dijeron), no dejan de ser anecdóticas o licencias creativas de la naturaleza en las que el hombre no ha intervenido. Probablemente, la excepcionalidad fotográfica solo radica en encontrarlas o, en el colmo del quimérico alarde, fotografiarlas con pulcritud. Una vez razonada mi sin razón, solo puedo decir que bien, que todo eso está muy bien, pero que yo seguiré fotografiando piedras porque me encanta hacerlo. Sus formas, texturas, color, volumen, siempre hacen que algo vibre en mí. Quizá, todo está en el origen de todo: crecí rodeado de piedras, era mi paisaje infantil diario. Debe ser eso.

Pepe Fuentes ·