2 JULIO 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Palacio de Congresos El Greco. Toledo
Soporte de imagen
-DIGITAL-
Fecha de diario
2019-07-02
Referencia
9152

DIGRESIÓN DOS. Hablar por hablar. Autores: Juan Cavestany, Yolanda García Serrano, Anna R. Costa, Juan Carlos Rubio y Alfredo Sanzol. Dirección: Fernando Sánchez Cabezudo. Intérpretes: Julio Cortázar, Ángeles Martín, Samuel Viyuela, Carolina Yuste y Pepa Zaragoza. Producción: Cornejo Films. Auditorio Palacio de Congresos El Greco, Toledo, trece de Abril. No era el lugar más adecuado para ver una representación teatral, pero no teníamos alternativa, salvo no acudir. Fuimos y no nos arrepentimos. Nos costó entrar en situación, el ambiente de la representación era desangelado. Llegar a la gente en tan desproporcionado espacio lo hicieron los actores con esfuerzo y acierto. Espléndidos todos. Los textos, no tanto. Desiguales. En cuanto a los autores, no supimos cuál, de cada una de las historias representadas, era de quién. El planteamiento teatral común se construía a partir de llamadas de oyentes, más o menos anónimos, a un programa de radio de madrugada. Buena idea, sin duda. El problema es que no conseguían emocionar, al menos a mí, salvo dos de las historias: la hermana gemela robada y el chico que moriría a corto plazo como consecuencia de un tumor cerebral; interpretadas espléndidamente por Carolina Yuste y Samuel Viyuela. Buen ritmo e inteligente combinación en la sucesión de los relatos. De cualquier forma, en conjunto, creo que la representación no consigue volar, no remonta sobre el escenario, quizá lastrada por un cierto buenismo y el manejo conmiserativo de los consabidos tópicos como la soledad, la dureza de la vida, las crisis matrimoniales, laborales, culturales y sociales. Todo muy sobado ya. Cotidianidad vecinal de barrio popular. Sobra el discurso final de la locutora en su cabina deseando la mejor suerte posible a todos los protagonistas de las llamadas, todas catastróficas por cierto. Pero claro, era necesario el mensaje alentador y algo clerical, cargado de “esperanza”, para los desfavorecidos por la suerte. Resulta desalentadora la ingenuidad en el planteamiento, propio de cierta progresía buenista, de que los malos siempre son los demás. Así, con mensajes pretendidamente consoladores para aquietar conciencias, podremos seguir ahondando en falacias y mentiras. Todos inocentes, todos contentos, todos jodidos.

Pepe Fuentes ·