31 AGOSTO 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ACROS 100
Fecha de diario
2019-08-31
Referencia
9373

DIGRESIÓN CATORCE. Brothers’ Nest. Australia (2018). Guion: Jaime Browne, Chris Pahlow. Dirección: Clayton Jacobson. Intérpretes: Shane Jacobson, Clayton Jacobson, Kim Gyngell, Lynette Curran, Sarah Snook. Todo parecía indicar que sería una película de suspense más. No teníamos ningún tipo de referencia,  pero desprendía un aroma que presagiaba intensidad. Ya el travelling de inicio, con la cámara siguiendo a los dos hermanos absolutamente iguales, en su despaciosa llegada en bicicleta a la casa de los padres (madre y padrastro), resulta premonitoriamente inquietante, de una anormalidad amenazante. El relato arranca lentamente, sin demasiadas sorpresas: los hermanos preparan el asesinato del padrastro bajo la dirección meticulosa y obsesiva del hermano mayor, absolutamente determinado. El pequeño tiene dudas, se siente inseguro e incómodo. Preferiría dejarlo. En la primera parte de la historia queda reflejada nítidamente la personalidad de cada uno de ellos. Son la noche y el día: un paranoico aberrante, compulsivo, sin escrúpulos y un buen hombre, inseguro, débil, manipulable. Uno es monstruosamente meticuloso y resuelto, sin dudas ni piedad; el otro, desmañado, de una humanidad compasiva y titubeante. Llega un momento en el desarrollo de la historia, a pesar de que las interpretaciones funcionan perfectamente y que la puesta en escena consigue crear una atmósfera ominosa y desasosegante, que dudas que finalmente llegue a funcionar. Hasta que, en los últimos veinte minutos, el desenlace estalla incontenible y brutal. Ambos se comportan del modo que cabía esperar de ellos, aunque yendo mucho más lejos de lo que los espectadores pueden prever. Sorprende y desasosiega comprender cómo el comportamiento humano puede alcanzar tales cotas de desesperación y descontrol, de infinita crueldad. En lo que se refiere a Clayton Jacobsen, narra admirablemente, con un ritmo contenido aunque inclementemente preciso en los matices en la primera parte; en la segunda, imprime un ritmo frenético, sin errores, con una precisión y virtuosismo digno del mayor encomio. Ambos hermanos, Shane y Clayton, están inmensos en las interpretaciones. Espléndida película plena de tensión e intensidad.

Pepe Fuentes ·