2 OCTUBRE 2019

OTRA VEZ II (y espero que sea la última). A partir de esa decepcionante y aprovechada premisa operativa, utilizo la imagen de los gays para acercarme a la naturaleza humana, lo que, de otro modo, me resultaría más difícil. Pero, he ido tantas veces a tan reiterativo y estruendoso evento social, que lo único que he obtenido han sido fotografías casuales y redundantes de un comportamiento social previsible. Si yo fuera un artista como García Alix, haría las cosas de otro modo y diría cosas parecidas a las que él dice: “Tienes la experiencia, pero no quieres repetirte. La presión es infinita. La cámara también duele, se está siempre en un ejercicio constante de búsqueda”. Cosas importantes, bellas frases, y así quizá salvaría mi culo y mi conciencia, pero a mí no me salen. Menos mal que no tengo nada que salvar. Con el mundo tengo la cuenta saldada: ni le debo ni me debe. No nos conocemos. Ni siquiera yo me conozco. Debo ser la materialización física de la inocente y anónima levedad. Tengo que aguantar como sea en el anonimato, la única posibilidad de alcanzar la más auténtica libertad. Vivir escondido hasta que la pesadilla acabe…