15 NOVIEMBRE 2019

DOCE DE NOVIEMBRE: día de dimisiones, altercados independentistas, acuerdo populista de gobierno y ajuste de cuentas a un dictadorzuelo.
La primera noticia (de ayer), nada más empezar el día: “Dimite Albert Rivera, líder de Ciudadanos” (una pésima noticia, el día diez voté a ese partido, sin apenas dudas). Para mí tenía un perfil político estimable: liberal, demócrata, limpio de escandalosas corrupciones, firme defensor de la unidad del país, aparentemente moderno (sin caspa); dado el lamentable panorama, más que suficiente. Creo que es una irreparable pérdida, no solo por lo que él podía aportar sino porque me temo que ese partido está abocado a la disolución (ya pasó con UPyD).
La segunda noticia: “Los independentistas catalanes de los “huevos” siguen jodiendo sin pausa ni respiro”. Al parecer han aprobado una nueva declaración de secesión mientras que, destacamentos de pobres manipulados (carne de cañón), han cortado la autopista en la frontera con Francia. Un permanente e incesante estado de guerra del que nadie se quiere dar por enterado.
La tercera noticia: “Formidable acuerdo de gobierno en España, con performance incluida (triunfal y amoroso abrazo entre los dos -pajaritos-)”. Intervinientes y promotores (harán falta más): populistas de izquierda (PSOE) con los antisistema (Unidas y Unidos Podemos, sí, porque supongo que también hay hombres). Tendrá como resultado la debacle que supondrá desestabilizar el precario equilibrio económico del país (acordémonos de Grecia hace unos pocos años donde los pensionistas no podían cobrar porque no había fondos, y yo soy pensionista). Por si fueran pocas las amenazas, propiciarán la deconstrucción territorial mediante funestos acuerdos con independistas. Daremos un suicida salto atrás en el tiempo y volveremos al cantonalismo del siglo XIX. Da mucho miedo ese mediático abrazo del oso.
La cuarta noticia: “Bolivia está en estado de preguerra”. Evo Morales, indígena, cegado por una incontrolada ansia de poder más allá de las leyes y el más elemental decoro moral, ha intentado mantener el poder mediante la manipulación del resultado de las elecciones. Al parecer ha huido del país (a México, allí gobierna uno de la misma cuerda), pero el daño ya estaba hecho: ha enfrentado a la sociedad más occidentalizada con los indígenas y aún es difícil evaluar hasta dónde puede llegar la escalada de disturbios. Cuando visitamos el país, en febrero de este año, percibimos una fuerte oposición a Evo, aunque con todo el mundo con el que hablamos pertenecía a colectivos sociales -no indígenas-. El taxista que nos llevó de Potosí a Sucre nos dijo que si Morales renovaba su mandato él abandonaría Bolivia. Ahora, cuando escribo este texto, no tengo ni idea de lo que podrá pasar, pero temo que nada bueno.
Conclusión: las cuatro noticias anteriores son muy malas, luego más que noticias son confirmaciones de que si algo puede empeorar, lo hace seguro.
Fotografía: una “original” idea de Evo Morales: colocar un reloj con una disposición de las horas y funcionamiento al revés, en un edificio singular de la Plaza Murillo, en La Paz, donde se encuentra el palacio de gobernación de Bolivia. La inusitada idea tenía recado: para Evo, era un símbolo sobre el cambio de sentido y dirección de la historia a un futuro venturoso representado por él, naturalmente. A nosotros también nos vale la metáfora porque iremos hacía atrás peligrosamente (de “progresismo” nada de nada: vivir peor no es progresar, sino todo lo contrario). Los populistas tienen que entender que la gestión y administración de los recursos tiene una lógica precisa, aritmética: nunca se pueden rebasar los medios con los que cuentas si no es a costa de grandes y fatales desequilibrios que perjudican a muchos más de los que benefician.