31 DICIEMBRE 2019

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 100
Fecha de diario
2019-12-31
Referencia
9793

Las nocheviejas vienen cargadas de melancolía”. Manuel Vilas.
Cada año escribo en este día, un poco para celebrar su singularidad, y otro poco para hacerme el gracioso (sin serlo). También hablo de las posibilidades del próximo año; el año pasado, por ejemplo, lo titulé: “un cuentecito de calendario”. A principio de este mes escribí sobre los dos últimos nobeles de literatura y, cuando escribo el “cuentecito” de este año, me acuerdo de una cita de Handke que pronunció con motivo de la entrega del premio (siempre me ha gustado mucho Peter Handke en su versión sentenciosa): “…no tomes decisiones por las que no te sientas emocionado…”. Pues vaya, me digo: -si le hago caso (porque tiene razón), me pasaría todo el año (el que viene) inhibido o en puro y puto estado zen, pero no en la versión espiritual sino simplemente en plan idiotizado-catatónico. No sé cómo voy a poder aguantar un año más levantándome por las mañanas ¡¡¡Qué difícil, por Dios!!! He leído lo que escribí en el cuentecito del año pasado y al final me ponía muy positivo; ahora me cuesta entenderlo. Debió ser porque estaba recién casado. Este año no, claro, ya ha pasado más de un año desde la boda. Desde entonces: Naty ha cambiado el color de su pelo (ahora es azul); este año ha trabajado, pero el que viene no, de ningún modo; yo me he extirpado mi papada abacial (lo contaré el mes que viene). En este cuentecito no me pondré positivo, por nada del mundo lo haré. No forma parte de mi manera de ser y estar. Además, no hay causa. Ojalá supiera de algo para así poder parapetarme detrás, como el jodido muñeco de mi habitación de retratar, que se ha escondido detrás de motivos navideños y está solo, porque a la habitación ya no viene nadie porque a nadie le interesa que le retrate (y a mí casi tampoco). Deseo mucha suerte para mí y para los míos (tan pocos) y, para el resto del mundo, tan solo para los que puedan leer accidentalmente este cuentecito. Ah, y al muñeco deprimido también le deseo suerte. Quizá lo jubile el año que viene. Un afectuoso abrazo para los escasos lectores de este  diario de un náufrago.

Pepe Fuentes ·