16 FEBRERO 2020

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 100
Fecha de diario
2020-02-16
Referencia
9761

DIGRESIÓN NUEVE. Lluvia fina, Luis Landero (2019). Ebook, Tusquets (2019). “Y aún en el caso de que, resignados a nuestra suerte, vencido el deseo, consigamos un remanso de paz, de poco nos vale, porque entonces comparece ante nosotros la melancolía y, con ella, el tedio de vivir”. Luis Landero
Esta vibrante obra de pura y sabia literatura emociona porque se acerca y sumerge en una más que sospechosa realidad: las miserias y rencores entre humanos y, en este caso, en un ámbito familiar cualquiera, da igual cuál. No, no es cierto que el entorno de la familia garantice amor y generosidad de unos hacia otros más allá del puro convencionalismo y cobarde corrección. Puede que, extraordinariamente, se dé una cierta sintonía solidaria (todos necesitamos sentirnos protegidos de la intemperie). Los miembros del microcosmos familiar que nos presenta Landero (la madre, dos hermanas y un hermano, cuñada, cuñado cesante y sobrinas) se lanzan al vacío de una desgarradora y desnuda confesión de la percepción de unos sobre otros, y el resultado es aterrador: un odio innegociable e inextinguible, pleno de resentimientos, sostiene sus vidas. Están condenados a saber unos de otros por la estúpida y sobrevalorada convención familiar. Landero recurre a un original y sabio recurso, utilizar a Aurora (la mujer de Gabriel, el hijo pequeño) como piedra angular sobre la que giran todos los demás. Todos vierten sobre ella sus más amargas frustraciones (no les importa destruirla bajo el peso de tantísima nauseabunda podredumbre). Pero, más allá de la insoportable y creíble convulsión confesional, está la maravillosa pericia narrativa de Landero, la precisión con la que disecciona la complejidad emocional de cada uno de los personajes. La obra mantiene un ritmo siempre intenso, conmovedor y sostenido crescendo. Las piezas del turbador puzle encajan con precisión, llevadas y sostenidas por una sintaxis literaria directa, despojadas de cualquier artificio y de cualquier banal adorno. Obra mayor que he disfrutado mucho. Decidí leer la novela por una entrevista a Landero que oí en el programa de libros: La estación azul, en la que me sonaron muy bien las apreciaciones y comentarios que hizo el autor. Después de leerla me enteré de que, críticos y escritores, han señalado esta novela como la mejor de dos mil diecinueve de narrativa española. Me felicité por mi inaudita perspicacia.
PS: la familia de la fotografía, obviamente, nada tiene que ver con la representada en la novela (es la de Naty), y si la he incluido es porque, curiosamente, coincide en número y parentesco con la de la novela aunque falta una (la cuñada), pero que en este caso podría asimilarse al cuñado (yo), pero en ese momento me ocupaba de la cámara.

Pepe Fuentes ·