BREVE DIARIO (de incierta e intermitente duración) DE UNA PANDEMIA UNIVERSAL CONTEMPORÁNEA II
Jueves, doce de marzo, por la mañana muy temprano.
Hoy, después de las últimas y alarmantes noticias, me siento desbordado y a cada momento más y más asustado.
He dormido mal. Entre sueños, visiones distópicas me asaltaban intranquilizándome. No tanto por un peligro real de que nosotros nos contagiemos, que también, sino porque suframos un desajuste vivencial sumamente grave.
También siento mucho que haya personas afectadas que puedan perecer.
Curiosamente, nosotros, Naty, yo y también Míster Brown (aunque los perritos, al parecer, están exentos de la amenaza), ya venimos practicando rutinas cotidianas preventivas desde antes de la epidemia (yo desde hace años y años): solo ir al campo, donde no vemos ser humano alguno, para así protegernos de peligrosos contactos potencialmente lesivos para nuestra tranquilidad de espíritu.
Ahora lo seguiremos haciendo con mayor causa y razón, aunque a veces hacemos excepciones, como el sábado pasado, que fuimos al teatro a Madrid.
Lo mismo ya estamos contagiados y todavía no lo sabemos…
16 MARZO 2020
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