5 ABRIL 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
Feria de arte Arco. Madrid (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 3200 (6400)
Fecha de diario
2020-04-05
Referencia
8755

CRÓNICA DE UN DÍA FELIZ (ya era peligroso) EN DIEZ APUNTES
Veintinueve de Febrero de Dos mil veinte (5)

Sabido es que el más genuino propósito de una Feria como Arco es la comercialización, difusión y puesta en valor social de las obras realizadas por gentes autoproclamadas o reconocidas como artistas. Obviamente, para que esos objetivos se cumplan, es preciso la puesta en marcha de una gigantesca operación de marketing y no tanto de análisis cultural y filosófico de lo que verdaderamente significan esas obras. La cultura tradicional, humanista y libresca, hace ya mucho tiempo que viene perdiendo terreno en beneficio de una engañosa democratización y banalización de la misma (los artífices de esos modos y lenguajes irán despareciendo por reconversión, y los que aún siguen activos tendrán que ir abandonando la construcción de sus laboriosas y morosas “obras”).
La imparable crisis, o simplemente el cambio de paradigma, se va conformando en el escenario de un cierto constructivismo posmodernista que cabalga desbocado a lomos de la inmediatez de las nuevas tecnologías y las dichosas redes sociales (falsario invento que frustra cualquier auténtica relación social).
Creo que me estoy adentrando por intrincados caminos teóricos que tan solo tengo cogiditos con alfileres, así que voy a ir cortando con esta monserga que me aburre hasta mí. No obstante, antes de terminar este “apartado”, diré que no conviene perder la perspectiva de que el verdadero leitmotiv de Arco, dado que es una Feria, es la comercialización del arte. No conviene engañarse con eso: no es cultura, es comercio, y por lo tanto sujeta a las normas y arbitrio del mundo del dinero, la oferta y la demanda y sus vanidosos y tumultuosos rituales…
Es decir, manda el que dice que algo es bueno y lo demuestra sacando la tarjeta de crédito y pagando lo que haga falta con tal de llevarse la pieza. En medio de la indeterminación que rige el mundo del arte contemporáneo, la única realidad, lo único que impone un juicio incuestionable, es el dinero”. Carlos Granés
PS. Última hora del Coronavirus en España (y en mi vida): Aquí seguimos, aparentemente Incontagiados, pero sí Asustados. Perplejos y aterrorizados (Naty, yo y alguno de los amigos con los que hablo por teléfono). Las mascarillas: antes No, ahora Sí (no hay en el mercado); el pico, la meseta y la curva, ahora Sí, ahora No; el necesario gobierno de concentración, ahora No; la sensatez, la coherencia, el respeto por los ciudadanos, ahora No (ruedas de prensa amañadas); los sonrientes semblantes de satisfacción de los gestores comunistas por el arrollador éxito en su logro de anhelos y sueños de poder, ahora Sí. Maldita sea la estampa de toda esta gente que utiliza una infinita desgracia, salpicada con miles de muertos, para obtener rendimientos políticos y personales. Espeluznante irresponsabilidad. Deberían ser castigados eternamente a la ignominia y el olvido. A su aniquilación como políticos (incluidos los falsos socialdemócratas). Ah, que no se me olvide ¿Quiénes son los famosos expertos o científicos? ¿Existen realmente? Si son reales habrá que pedirles explicaciones porque todas las decisiones controvertidas se toman bajo su orientación y asesoramiento. “Tampoco se comprende bien que, sabiendo como sabemos todos lo que hay que hacer a cada momento, no solo ante una pandemia, sino ante cualquier problema, elijamos siempre para que lo hagan por nosotros a los más ineptos”. Julio Llamazares
Cierto es lo de los más ineptos, pero la máxima ineptitud es achacable a quienes los elegimos. Hablo sin demasiado conocimiento de causa porque no me dedico a analizar exhaustivamente todas las variantes del problema, y tampoco soy experto en nada, tan solo me dejo llevar por impresiones inmediatas, obvias; como, por ejemplo, que seamos el país más golpeado del mundo, el que peor ha gestionado la crisis (relación afectados número de habitantes). Mi creciente malestar no solo tiene que ver con el hecho de pertenecer al país que es el último de la clase de todo el mundo, que sería anecdótico si no fuera trágico, sino, además, porque si la cruda crisis a vida o muerte la gestionamos con este nivel de incompetencia, cómo gestionaremos la poscrisis, si es que llegamos. Produce escalofríos imaginarlo. Pero no quiero engañarme acusando a los gobernantes y gestores de hoy (soy renuente a echar la culpa de algo a los demás) porque, al fin y al cabo, cada país tiene el gobierno y gestores que se merece. Algo habremos hecho mal todos, absolutamente todos. Desde hace cuatro siglos, por lo menos, venimos demostrando una clamorosa y decepcionante incompetencia . “…Que las autoridades sanitarias no tengan ni idea de virus no nos justifica al resto (carpinteros, fontaneros, escritores, periodistas, abogados, ingenieros de caminos…) de no haberlas tomado por nuestra cuenta”. Julio Llamazares.

Pepe Fuentes ·