4 ABRIL 2020

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
Feria de arte Arco. Madrid (España)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD DELTA 3200 (6400)
Fecha de diario
2020-04-04
Referencia
9906

CRÓNICA DE UN DÍA FELIZ (ya era peligroso) EN DIEZ APUNTES
Veintinueve de Febrero de dos mil veinte (4)

La relativización de los valores de perdurabilidad y las habilidades manuales supusieron la evidente alteración de los valores imperantes hasta entonces.
Era hora de cambiar algunas cosas y hacerlo bastante deprisa.
A partir de ahí, el arte se hace más abierto y complejo y llega hasta ahora, momento en el que para mí resulta tan incomprensible como interesante. La premisa ideal es que nada se entienda y eso es lo más apasionante. Si entiendes algo para qué coño lo quieres.
Ahora, ver arte moderno es un gran jolgorio, una oportunidad lúdica incomparable. No hay puertas ni ventanas ni marcos referenciales estructurados y teorizados. Hay imaginación, desinhibición, fiesta hasta el amanecer (sexo, drogas y rock and roll).
Pero, no todo es vino y rosas porque, en el totum revolutum del arte actual, siempre con el dinero como regulador e intermediario del sí es no es, es inevitable que coexistan muchas obras pobres, áridas, banales y profundamente aburridas. Pero eso es un mal menor porque, a cambio, las posibilidades de interpretación se hacen infinitas.
Toda una experiencia…
PS. Última hora del Coronavirus en el mundo (y en el cine): Anoche vi una excelente película titulada Contagio, de Steven Soderbergh (2011) en la que se reproduce con inquietante exactitud las circunstancias que nos golpean ahora tan duramente (solo que hace nueve años). Además de la excelencia de la película como tal, asombran las coincidencias: país oriental en el origen, el siniestro murciélago, animales intermediarios como los cerdos (ahora el pangolín), y finalmente humanos extremadamente vulnerables ante la infección viral. Contagios por contacto y proximidad con personas, objetos, superficies, y, como profilaxis: mascarillas, guantes, aislamiento, frecuente lavado de manos y todo lo demás que ya conocemos y experimentamos en carne propia. Todo exactamente igual que ahora. Y contagiados y muertos, miles y miles, incluso millones. Un desastre a escala mundial, como ahora. Escalofriante y lúcida premonición que confirma, del peor modo posible, la wildeana sentencia de que la -naturaleza imita al arte-    

Pepe Fuentes ·