CRÓNICA DE UN DÍA FELIZ (ya era peligroso) EN DIEZ APUNTES
Veintinueve de Febrero de dos mil veinte (3)
Lo que más me interesa de Arco, aparte de su incomprensibilidad (si me encuentro con algo fácilmente entendible lo ignoro), es el alto contenido literario que suelen sugerir casi todas las obras. Es una de las razones por las que me gusta tanto ir allí, a patearme los dos pabellones incansablemente.
La historia del arte clásico, desde los bisontes, caballos, ciervos, y todo tipo de animales de las cuevas rupestres, hasta las vanguardias del siglo XX, salvo excepciones, ha sido perfectamente legible e interpretable con los códigos y significantes que se han venido sucediendo a lo largo del tiempo, dependiendo de las épocas, claro.
Las reglas del juego siempre estuvieron claras, más o menos, hasta que llegamos a la segunda mitad del siglo XX, con la eclosión del arte contemporáneo y, especialmente, con la aparición de la abstracción y la apabullante colonización del llamado arte conceptual, del que nacieron subcapítulos por doquier…
PS. Última hora del Coronavirus en mi vida: hasta ayer mismo y desde que empezó la crisis creía que la infección solo podía afectar a los otros (no tengo ni idea de cómo podía ser tan estúpido). Y resulta que sí, que esta puñetera e inesperada mierda del Corona es verdad, cierta y espantosamente cruel. Inmisericorde. Y, sobre todo, invisible, artera, traicionera. Me puede llevar por delante sin ser consciente y por muchas prevenciones que despliegue en torno a mí. Y encima, para mayor terror, estamos condenados a ver diariamente la creciente y desoladora evolución de contagios y muertos. Por si no fuera suficiente el castigo, la pesadilla que soportamos todos los días en las pantallas: un hatajo de deficientes e inmorales que mienten sin pudor de la mañana a la noche, intentando tranquilizarnos con la monserga del “pico” y del “aplanamiento de la curva” y estupideces parecidas (el dichoso pico y el aplanamiento no llegan nunca, maldita sea). Menudo plan. Todo este inesperado y lamentable asunto va a durar mucho, mucho.