13 MAYO 2020

EPÍLOGO Y BUENOS PROPÓSITOS
Ahora tendré que recolocar muchos valores, como el concepto y sentido fotográfico de lo que haga, aunque las inquietudes seguirán siendo las mismas. Pero claro, todo, absolutamente todo, deberé hacerlo a partir de un planteamiento y estilo expresivo propio, como siempre ha sido. Será una tarea de depuración para llegar al mismo punto con otros recursos. Probablemente tendré que restar y restar para llegar a un resultado que se acomode a mi mirada pero  tan solo para mí y para las dos o tres personas que sé que entienden y aprecian el sentido de mi afán (no porque sea complejo, sino porque son las únicas que se interesan). En realidad, siempre ha sido así. Lo expresa maravillosamente Gregorio Luri, en el muy lúcido ensayo que acabo de terminar, La imaginación conservadora: “Si no somos capaces de encontrar el relato que ordene los diversos fragmentos de nosotros mismos y los dote de coherencia y sentido unitario de acuerdo con un fin que consideramos superior, algo de nosotros mismos se resiente y nos duele. Ganarse un fin es hacerse con una biografía de uno mismo que podamos mostrar, en primer lugar a nosotros mismos, con satisfacción exigente y con coherencia crítica. Ganarse un fin es poder decir a las puertas de la muerte: -Estoy orgulloso de haber llegado hasta aquí-. Es irse de aquí sin dejar deudas pendientes ni dar portazos”.