8 JUNIO 2020

© 2015 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2015
Localizacion
Berlín (Alemania)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD SFX. 200 (100)
Fecha de diario
2020-06-08
Referencia
7787

DIGRESIÓN CUATRO. Unorthodox. Alemania (2020). Serie TV: 4 capítulos (duración 50 minutos). Guion: Deborah Feldman, Daniel Hendler, Alexa Karolinski, Anna Thomson, Eli Rosen (Memorias; Deborah Feldman). Dirección: Alexa Karolinski, Anna Winger, Maria Schader. Intérpretes: Shira Haas, Jeff Wilbusch, Amit Rahav, Aaron Altaras, Tamar Amit-Joseph, Ronit Asheri, Dina Doron, Aziz Dyab, David Mandelbaum, Delia Mayer, Felix Mayr.
Tengo debilidad por las temáticas cinematográficas que tienen que ver con los extremismos religiosos, sean musulmanes o judíos. Sí, ese gusto, un tanto masoquista, me temo que tiene que ver con la pereza mental, es decir, un simplista y facilón maniqueísmo:  con el extremismo religioso de judíos y moros no tengo que pensar ni un solo segundo quiénes son los buenos y los malos. Enseguida me coloco en el bando de los buenos y me dejo llevar. No pienso ni tengo ningún problema de conciencia. La última serie vista, de una tacada, está basada en la experiencia de Deborah Feldman, mujer joven judía perteneciente a la comunidad ultraortodoxa Hasidic Satmar, de origen húngaro y radicada en Williamsburg, Nueva York, desde la represión nazi. Después de casada, con diecinueve años, huye a Berlín para alejarse de la asfixiante opresión de las costumbres y valores de la secta. Uno de los aspectos más llamativos y espectaculares de la serie es la puesta en escena y representación de la vida familiar y social del colectivo: las ceremonias (boda), los bailes, los rezos, el vestuario, sobre todo de los hombres, y las reuniones en torno a la mesa en comidas celebratorias. Naturalmente, el orden social en ese entorno tan ancestralmente estructurado es patriarcal. Rígido. Inflexible. Ellos, afortunados, han encontrado su verdad y ya solo les queda seguirla a costa de lo que sea o quién sea. Los ateos nos parecemos, también tenemos nuestra verdad, pero la diferencia radica en que no se la imponemos a nadie. No me cabe ninguna duda de que somos mejores personas. La joven protagonista escapa de la cárcel donde está confinada dado que, por el hecho de ser mujer, nada tiene permitido, salvo ser esposa, ama de casa y madre. Huye a Berlín y allí comienza una lucha por la supervivencia en un lugar y una cultura completamente desconocidos para ella. Es emocionante seguirla en la valiente superación de las dificultades. Mientras, el marido y un primo matón la persiguen hasta Berlín. Hay algunos momentos de una arrasadora emoción, como la interpretación de una canción judía, por parte de la protagonista, para conseguir una beca en un conservatorio. La planificación de la narración, con un perfecto juego de oportunos y bien medidos flashback, hace que puedas seguir la huida y circunstancias que la motivan omnicomprensivamente, además de entregarte emocionalmente a todo lo que decide y hace esta mujer. Sería largo, mucho, particularizar y analizar el sinsentido de los mandamientos y rituales ultraortodoxos judíos en el mundo actual. Ellos saben, perfectamente, que el único modo de mantener su identidad y la permanencia de sus “tranquilizadoras” leyes es la estricta obligatoriedad de su cumplimiento. Probablemente es la única razón sensible de su cohesión como cultura y grupo humano. Y claro, en eso son inflexibles porque está en juego la subsistencia de valores que para ellos son imprescindibles. Perfectamente concebida en cuanto a producción, guion, interpretación y dirección. Más que estimable.

Pepe Fuentes ·